El buque insignia de Apple, el iPhone X, ha comenzado con una desaceleración en los pedidos para el próximo trimestre. Aunque los beneficios son altos, no lo son las ventas, al menos según la previsión que tenían en mente los californianos.
La campaña de navidad fue buena, pero no extraordinaria. A partir de esa fecha, parece ser que las unidades vendidas han ido disminuyendo a un ritmo acelerado. Por una parte, esto suele ser normal, no solamente para Apple, sino para cualquier empresa.
Pero el iPhone X tenía unas expectativas muy altas, casi tanto como su precio. Quizás, una mala campaña de marketing y un precio que superaba la barrera psicológica de los 1.000 euros (base), han podido jugar una mala pasada al buque insignia de los californianos.
No, el iPhone X no es un fracaso
Hay que hay ser neutro y comprender la situación. Apple tenía puestas unas expectativas en ventas como cualquier otro terminal, del cual no se han cumplido y no han llegado al objetivo previsto. Pero no por ello, el iPhone X es un fracaso de ventas, ni tampoco una estafa como muchos lo han calificado (esto último tiene menos sentido aún).
El analista de Avalon, Neil Cybart, cree que el iPhone X ha contribuido en el 35% de las ventas totales de los terminales inteligentes durante la campaña de Navidad. Este porcentaje, podría traducirse en unos 27 millones de unidades vendidas en la pasada campaña.
Apple vendió 77,3 millones de iPhone en total, un número un poco más bajo que otros años, pero que les reportaron más beneficios. El propio Tim Cook comentó que los iPhone X estaban teniendo una buena aceptación, siendo el teléfono inteligente con más ventas frente a otros modelos.
Para este trimestre, Apple ha bajado el número de pedidos del iPhone X a las fábricas, concretamente hasta los 8 millones de unidades para el segundo trimestre de este año. A primeros de mayo, Apple ofrecerá sus resultados financieros, donde podríamos conocer más detalles al respecto.