Greg Joswiak es el vicepresidente de márketing de Apple, donde ha sido entrevistado después de la WWDC 2018 y la pregunta sobre la posible obsolescencia programada estaba encima de la mesa.
Joswiak fue tajante con su respuesta, donde añadía que los iPhone incorporan chips cada vez más potentes para hacer sus dispositivos más rápidos, así que afirma que «El iPhone X es más rápido ya que incorpora un chip más potente que sus predecesores, así que pensar en que ellos aplican una obsolescencia programa, es una locura».
Cierto, los chips son cada vez más potentes, pero se olvida de un detalle, la obsolescencia programada se aplicó a nivel de software (y del cual están siendo investigados en varios países), donde estos limitaban la velocidad del proceso para obtener una experiencia de usuario pésima en los iPhone más antiguos. Con lo cual, el usuario se veía obligado a comprar un nuevo dispositivo.
Apple sigue negando la obsolescencia programada, como es lógico
Seamos sinceros, ninguna empresa va a afirmar que, efectivamente, aplica una obsolescencia programada a sus dispositivos. Apple es una empresa que necesita generar ingresos y tener contentos a sus inversores. Cada año tienen que superar las ventas el último terminal, cada trimestre tienen que superarse en objetivos.
No olvidemos el secreto a voces cada vez que Apple lanzaba un terminal nuevo, donde además de crear esa dependencia de renovar el terminal gracias al marketing que realizan con cada nuevo lanzamiento, también notábamos como nuestro iPhone «antiguo» no ofrecía una buena experiencia de usuario con cada nuevo lanzamiento acompañado de una actualización de software.
«Por supuesto, los terminales más recientes son mucho más rápidos. El iPhone X es mucho más rápido, simplemente por lo rápidos que se han vuelto los chips que hemos desarrollado. Tenemos los chips más rápidos de la industria. Nuestros chips del año pasado son más rápidos que sus chips de este año». Afirmaba Greg Joswiak
Insistimos en que efectivamente, Apple nos suele vender en sus eventos terminales más rápidos. Ofreciéndonos unas diapositivas con el porcentaje de mejora frente a otros terminales. Normalmente, las comparativas se realizan con la penúltima generación para mostrar un mayor mejora. Pero el problema de la obsolescencia programada, residía en el software que limitaba la velocidad de los procesos, con lo cual, afectaba al rendimiento.
Un secreto a voces
Un secreto a voces que se terminó por confirmar el año pasado. Aunque Apple lo niegue, las pruebas de que reducían el rendimiento de sus terminales a través de software con las últimas actualizaciones, las disculpas y la subvención de las baterías para mejorar el rendimiento de los iPhone para evitar una mayor desconfianza en la marca. Delataron por completo los planes de la compañía que todos afirmábamos como un «secreto a voces».
Una vez que Apple fue delatada, las explicaciones no fueron muy convincentes, donde Phil Schiller afirmó que no habían anunciado que la reducción de rendimiento en dispositivos con baterías degradadas, porque el cliente «no debe conocerlo todo» y que lo hicieron para evitar reinicios espontáneos en los iPhone. Los californianos ofrecieron su versión afirmando que el problema residía a las baterías de iones de litio.
Con lo cual, Apple demostró que no supo como reparar este problema, acudiendo a la vía fácil y ocultando información al cliente final. Con el resultado que todos conocemos. Si desde un primer momento hubieran sido transparentes y ofreciendo una solución como el cambio de baterías, no se habría generado esta desconfianza. Pero quizás, eso también hubiera ido en su contra, donde parece que intentaron evitarlo a toda costa.
Falta de transparencia de cara al usuario
Sinceramente, quien piense que no aplicaron una obsolescencia programada a través de software, quiere demasiado a su iPhone y a Apple. Si no fuese así, no estaría siendo investigada ni demandada en tantos países por el mismo motivo. Por mucho que los directivos lo nieguen (que resulta lógico para una empresa de estas envergadura), la realidad, de cara al consumidor es otra.
Por supuesto, y esto no se puede negar, cada actualización de software incorpora mejoras que van acorde con las últimas tecnologías implementadas en los dispositivos, donde un terminal podría ir más lento. Pero para eso, se limita el acceso de ciertas funciones a algunos terminales que no podrían soportar esas novedades, para respetar el rendimiento. Ya que Apple fabrica su propio software para sus propios dispositivos, donde conoce sus puntos débiles.
Por suerte, con iOS 12, parece que todo cambiará, donde los dispositivos más longevos, como el iPhone 5s o el 6, podrán seguir actualizándose sin problemas con un mejor rendimiento. Algo que se agradece, pero todo ello, después de la tormenta vivida en Cupertino durante estos últimos meses. Donde ahora, los usuarios tenemos un mayor control e información sobre el rendimiento y batería de nuestros dispositivos.
Tú, como cliente, ¿Qué opinas al respecto? ¿Crees que Apple aplicó una obsolescencia programada?