Posiblemente te habrá ocurrido, sale un nuevo iPhone y necesitas tenerlo sí o sí. No sabemos el motivo e intentas auto convencerte de los beneficios que obtendrías por renovar (a tu criterio) “tu viejo” iPhone.
Empiezas a justificar el cambio porque ya no rinde como antes, la cámara ya no te resulta atractiva para compartir tus fotografías, la batería apenas te dura algunas horas y quizás algún daño estético hace que te sangren los ojos al verlo.
Sí te ha ocurrido esto, tranquilo, no estás solo. A muchos clientes de Apple les ocurre lo mismo. Las campañas de marketing de Apple y el consumismo al que estamos inmersos nos hace crear esta dependencia de tener el nuevo terminal que la compañía lance.
Esto no quiere decir que sea algo negativo, todo lo contrario, han sabido aplicar su estrategia sobre sus productos sin que nos demos cuenta. Al igual que otras compañías, por ejemplo Amazon con Prime, los descuentos o el “Sólo quedan 2 en stock”.
Los primeros 15 días del lanzamiento de un iPhone son cruciales
Sí, los primeros 15 días al lanzamiento de un nuevo terminal son determinantes para valorar su compra. Pasado ese tiempo, seguramente ya no tendrás tanto interés, tampoco te apetecerá luchar en regateos con otras personas cuando pongas tu actual iPhone a la venta, y seguramente, ya creas que si no lo has comprado en la fecha del lanzamiento, ya se encuentra “desfasado”.
Sí te has venido arriba y lo has comprado, posiblemente entres en esa montaña rusa en el que no puedes esperar a llegar a casa para quitar los plásticos (ese sonido mágico) o incluso oler su caja (momento fetiche).
Pero cuando ya lo tienes en funcionamiento y apenas ves cambios significativos frente a tu anterior iPhone, posiblemente tengas una bajada en la montaña rusa de sensaciones. Lógicamente existen mejoras, pero pocas tangibles en el diseño (a excepción del iPhone X) y en iOS. Ya que es el mismo sistema operativo que usabas anteriormente.
Esto no es negativo ni mucho menos, porque podrás recuperar tu copia de seguridad y no perder tiempo en restaurar las apps y cuentas que tenías asociadas. En cambio, no puedes cambiar la capa de personalización de la interfaz, como por ejemplo si ocurre en Android y esto puede causarte un efecto de continuidad en vez de novedad.
Así que hasta que no hagas alunas fotos para comparar las mejoras de la cámara o comprobar que los pequeños “lag” que tenías antes habían desaparecido, el nivel de satisfacción va en aumento. Aunque esto quizás pueda volver cuando instalamos más aplicaciones.
Sí te ha ocurrido esto con alguna compra de un iPhone u otro dispositivo, tranquilo, como hemos comentado anteriormente, no estás sólo. Pero piensa que tienes un dispositivo extraordinario con muchas posibilidades por descubrir. Sí te ocurre esto, quizás, el cambio que quieres hacer de tu iPhone actual a uno más nuevo, todavía no sea el momento adecuado, porque quizás podrías seguir sacando partido a tu actual terminal.