Aprovechando todos los cambios que Apple presentó de iOS 18 durante la Worldwide Developers Conference, hizo algo que la comunidad de usuarios y clientes llevaba años pidiendo: rediseñar el Centro de Control. Y así ha sido. No sabemos si lo han hecho porque creían que ya tocaba el turno tras varios años en los que parecía que sí, pero al final no, o por la presión colectiva ejercida por todas esas personas y, por extensión, medios de comunicación. La respuesta no la sabremos nunca, pero tras probar las primeras betas de iOS 18, no parece que haya sido un acierto. No por el cambio en sí, que era necesario, sino por la forma en que se ha ejecutado y por ciertas mecánicas que ya estaban muy fijadas en la mente de los usuarios, y que Apple está tratando de cambiar.
Si Apple quiere realmente hacer de iOS 18 la actualización que rediseñó y cambió todo aquello que durante años los fans y usuarios han estado pidiendo, tienen que hacerlo bien. En el caso del Centro de Control de iOS 18, parece más un rediseño por rediseñar, que un cambio con un propósito de simplificación y mejora. De hecho, esa es la regla número uno en el diseño de interfaces. Las actualizaciones siempre tienen que ser más claras, sencillas y fáciles de utilizar que sus predecesoras. Ese es el único motivo por el que se rediseña una interfaz como el Centro de Control. Sin embargo, hemos pasado de tener uno a tener tres, cada uno para una cosa distinta, añadiendo pasos extras para realizar algunas funciones.
El Centro de Control necesita una mejora urgente
Como decimos, por alguna razón hemos pasado de uno a tres. Además, creando un perjuicio que antes no existía. Hasta hace nada y desde el iPhone X; uno abría el Centro de Control deslizando desde arriba a la derecha, y lo cerraba deslizando hacia arriba desde cualquier parte del Centro de Control. Ahora eso no sirve, porque en vez de cerrar el Centro de Control, nos lleva a otro distinto, por lo que para cerrarlo es necesario deslizar desde la barra horizontal inferior, algo que puede ser un problema para usuarios de iPhone grandes, o que aun teniendo iPhone normales, tengan las manos pequeñas.
Más allá de los iconos redondos y de cuatro nuevos colores que aparecen durante la configuración, el Centro de Control es en su esencia el mismo, pero más complejo y aparatoso para personas que ya hayan tenido un iPhone antes. Lo peor es que no se puede elegir entre uno, dos, o tres centros de control. Hay que tener los tres, aunque no nos interesen para nada los otros dos. Es algo demasiado innecesario, y que Apple todavía está a tiempo de corregir. Tan solo llevamos unas pocas betas, por lo que hasta septiembre todavía falta lo suficiente como para confiar en que de alguna manera se arreglará. Las intenciones del rediseño del Centro de Control en iOS 18 eran buenas. La ejecución, no tanto. Veremos dentro de poco si se hace algo con respecto a ello.