Hay funciones en el iPhone que pasan completamente desapercibidas hasta que las necesitas de verdad. Una de ellas es el modo de una mano, una herramienta diseñada para facilitar el uso del dispositivo cuando solo tienes una mano libre.
Esta función es tremendamente útil cuando estamos caminando con una botella o un café en la mano, o momentos en los que simplemente no podemos usar las dos manos. Ahí marca la diferencia y muy pocos saben que existe.
Cómo activar el Modo una mano
Apple introdujo el modo de una mano hace ya unos cuantos años, pero por algún motivo, no ha tenido la visibilidad que merece. Quizá porque está algo escondido entre los ajustes del sistema, o porque muchos usuarios no imaginan que su iPhone pueda adaptarse tan bien a las limitaciones del día a día. Lo cierto es que, una vez que lo activas, no hay vuelta atrás.
El funcionamiento es simple: lo que hace este modo es desplazar hacia abajo toda la interfaz de la pantalla, de modo que los botones, notificaciones y elementos interactivos queden al alcance de tu pulgar. Da igual si tienes un iPhone Mini o un modelo Pro Max con una pantalla gigante. La diferencia se nota, y mucho.
Activarlo es muy sencillo. Si tu iPhone tiene Face ID, solo tienes que deslizar hacia abajo desde el borde inferior de la pantalla, justo encima de la línea de gestos. La interfaz bajará automáticamente y te permitirá interactuar con las partes superiores sin necesidad de estirar los dedos ni usar la otra mano. Si tu iPhone tiene botón de inicio (Touch ID), el gesto cambia: basta con tocar dos veces (no pulsar) el botón de inicio para que la pantalla se desplace hacia abajo.
Eso sí, en algunos casos puede que tengas que activarlo previamente desde Ajustes. Para hacerlo, ve a Ajustes > Accesibilidad > Tocar y asegúrate de que la opción “Fácil alcance” está activada. Una vez hecho, ya podrás usar el gesto correspondiente cada vez que lo necesites.
¿Y por qué no es más popular este modo? Probablemente porque muchos usuarios no saben que existe o no se imaginan lo útil que puede llegar a ser. Los móviles tienen pantallas cada vez más grandes y un diseño más estrecho y alargado, por lo que el gesto de bajar la pantalla entera puede parecer hasta mágico. Además, reduce el riesgo de que se te caiga el iPhone al intentar alcanzar la esquina superior.
Lo bueno es que para salir del modo de una mano bastará con tocar cualquier zona fuera del área reducida, por lo que no tienes que preocuparte de volver a dejarlo como estaba. Es rápido, discreto y tremendamente funcional.
Apple no ha promocionado demasiado esta función, pero encaja perfectamente con su filosofía de diseño centrado en la accesibilidad y la comodidad del usuario. Es una de esas pequeñas joyas ocultas del sistema operativo que, cuando las descubres, cambian por completo la forma en que usas el dispositivo.
Y lo mejor de todo es que no necesitas instalar nada, no consume batería y está disponible en prácticamente todos los modelos recientes de iPhone.
Pruébalo. Puede que se convierta en tu nuevo gesto favorito.