Internet se ha convertido en el día a día de las personas. Cosas como ver la televisión, hacer la compra o preparar la comida, involucran de por medio a la tecnología. Y es que se ha vuelto en algo que a día de hoy se da por hecho. ¿Pero hay privacidad en un mundo controlado por los microchips? ¿Realmente tenemos privacidad con las redes sociales?
La privacidad, un gran problema del siglo XXI
La tecnología avanza a pasos agigantados. En las últimas décadas los ordenadores han pasado de ser exclusivos para profesionales a ser tan fáciles de usar que hasta un niño puede usarlo. Pero no sólo su facilidad de uso ha cambiado, sino que su potencia se ha incrementado exponencialmente y su tamaño es tan pequeño que siempre llevas un ordenador encima (sí, hablo del móvil).
Pero sin duda, uno de los cambios más importantes fue la llegada de Internet. Una macro red de redes de ordenadores que hizo que cualquiera persona pueda comunicarse con otra, esté donde esté. Fue el comienzo de un mundo más globalizado, donde cualquiera cosa que pase en el mundo se sabrá en segundos en la otra punta del planeta. Lo cual sin lugar a dudas es algo fantástico, pues las noticias se esparcen como la pólvora, y la divulgación se convierte en algo pan comido. De esta forma, cualquiera con acceso a un ordenador con conexión a Internet puede saber cuáles son los último avances científicos y tecnológicos o cual es la situación de un determinado país.
Pero esa sólo es una cara de la moneda, y es que esta ingente cantidad de información a veces resulta excesiva, sobre todo cuando se tratan de asuntos personales. De esta forma, en el mundo en el que actualmente vivimos, es posible que una persona desconocida sepa más de ti que un familiar incluso.
Las redes sociales
Este es el gran conocido de la privacidad. Sobre todo si sois jóvenes ya conoceréis los riesgos de las redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram o Snapchat entre otras. Yo personalmente recuerdo perfectamente las charlas que daban en mi colegio sobre este tema. Sobretodo porque coincidía con el éxito de Tuenti, la red social española que tan amada y olvidad fue. Y por tanto, eran muchos los jóvenes que se metían en esta red social u otras sin conocer sus riesgos.
Pero vayamos al turrón. ¿Cuáles son los riesgos de las redes sociales? Fácil, el contenido.
Lo peligroso de cualquiera red social es el contenido que se publica en ella. Una vez publicas algo en Internet, ese contenido pasa a ser de dominio público, y al tratarse de un contenido digital no está libre de la posibilidad de ser copiado. Por ello, cuando subamos una foto o vídeo de manera pública a una red social debemos tener en cuenta que dejaremos de tener el control sobre su distribución.
Así mismo, también resulta muy peligroso el qué decimos, no sólo el qué subimos. De esta forma, una persona que usa habitualmente las redes sociales de manera despreocupada corren el riesgo de ser rastreadas. ¿A qué me refiero con esto? Me refiero a que mediante la frecuencia de tus tweets, por ejemplo, una persona puede averiguar cuáles son tus hábitos, como a qué hora de levantas, a qué hora comienzas a trabajar o a qué hora de acuestas. Por tanto, si bien antes se decía que lo importante era no desvelar datos como dónde estás o qué estarás haciendo a qué hora; ahora también se convierte en algo susceptible de riesgos el decir algo, sea lo que sea. Para lo cual es muy importante utilizar métodos que te aseguren esa privacidad y seguridad, como son las contraseñas de doble factor que puedes configurar desde tu propio Mac.
Las cookies del navegador
Este punto también es muy conocido, aunque no tanto como el anterior.
Aquellos más conocedores del tema, sabrán que el navegador por defecto permite a sitios web guardar datos en nuestro ordenador. Estos son los llamados cookies y su propósito es mantener sesiones, pero además también permite el rastreado de los usuarios. Esta tecnología es ampliamente usada, de hecho, seguro que muchas veces te has topado con el mensaje de si aceptas las cookies, incluso es probable que muchas veces le hallas dado sin darte cuenta.
Las cookies son las culpables de que cuando visites una página web veas anuncios de productos que ya antes viste, entre otras cosas. Pero esa finalidad que a simple vista parece inofensiva, puede llegar a dar lugar a un grave agujero de privacidad. Y es que si estas cookies son usadas indebidamente, pueden permitir a rastrear la actividad por la web de un usuario.
Los ISP tienen más información que nadie
Si bien las famosas cookies pueden permitir rastrear la actividad de un usuario en Internet, esto tiene sus limitaciones.
Pero hay alguien que sabe perfectamente por qué webs andamos, o más concretamente, con qué servidores nos comunicamos. Hablo del ISP. Todo lo que hacemos en Internet pasa a través de ellos, y por tanto saben perfectamente a qué servidores nos conectamos. De hecho, por ley deben almacenar un registro, pues la policía cibernética u otra agencia puede querer tener acceso a esos datos clarecer los hechos de una investigación.
¿Y quién o qué es el ISP? Varios ya lo sabrán, pero la mayoría no. El ISP, o «Internet Service Provider», no es más que el nombre técnico que reciben las operadoras que dan acceso a Internet. Por ejemplo, Vodafone, Orange, Ono o R son unos ejemplos de ISP, siendo Movistar (la antigua Telefónica) uno de los ISP más importantes a nivel mundial.
Google lo sabe todo y lo ve todo …
Si bien tu operadora puede saber con quién hablas, tienen muy difícil el saber de qué. Esto es debido a que ahora la mayoría de los servidores web usan HTTPS, que es la versión segura de HTTP. Con este protocolo, toda la comunicación va cifrada, por lo único que verán será a quién va el paquete y poco más.
Por tanto, los ISP no pueden saber ni qué buscas en Google. Pero hay alguien que sí lo sabe … Google.
Y es que probablemente quien más sepa de tus gustos sea tu buscador preferido, ya sea Yahoo, Bing, DuckDuckGo o Google, el buscador de Alphabet. Y es que sobre todo este último, al ser el más usado, es el que más información sobre nosotros tiene. ¿Quién no ha usado nunca un servicio de Google? Pero esto no se aplica sólo a los buscadores. Si bien estos son los mejores ejemplos, otros servicios como Amazon, por ejemplo, también pueden llegar a tener baste información sobre nosotros.
Si te hackean olvídate de tu privacidad
Vamos a ver un último caso, y sin duda, el más peligroso de los que hemos visto.
En tu ordenador guardas de todo. Tanto documentos importantes como fotos y vídeos personales. Pero la verdad es que en tu ordenador se almacena mucho más, como un historial de páginas visitadas, contraseñas o tarjetas guardadas, lista de contactos o eventos del calendario. Por lo consiguiente, si alguien obtuviera acceso a tu ordenador, ya sea físicamente o por haber sido hackeado, tendría acceso total a tus datos.
Conclusión
Como podéis ver, os he expuesto una serie de casos en los que nuestra privacidad se podría ver afectada por culpa de la tecnología. Estos no son los únicos, pero sí los que por su importancia o por su popularidad consideré comentar. Pero lo que sí demuestran estos ejemplos es que no podemos confiar plenamente en que nuestra privacidad no sea violada en este mundo tecnológico.
¿Qué opinas? ¿Crees que realmente podamos mantener nuestra privacidad? ¿Cuántos avances crees que hagan falta para poder lograr esto?