Hace una semana os trajimos una serie de consejos para crear una buena contraseña. Pero la contraseña no es la única forma de proteger nuestros dispositivos, archivos o cuentas. Por las películas, sabemos que los mejores sistemas de autenticación son los basados en sistemas biométricos como lector de huellas o de iris. ¿Pero son realmente seguros? ¿Podemos confiar nuestra seguridad en ellos?
¿Qué es la biometría?
Comencemos por el principio. ¿En qué consiste esto de la biometría?
La biometría es el estudio que nos permite identificar de forma inequívoca a una persona mediante sus rasgos. En otras palabras, nos permite verificar la identidad de una persona, o lo que es lo mismo, autenticarla, mediante sus características físicas o rasgos biométricos.
¿Y qué características físicas nos pueden servir para ello? La forma más popular son las huellas dactilares, de hecho, muchos ya poseen sensores de huellas en sus móviles para desbloquearlo. Pero no es la única característica física empleada, también destaca el uso de escáner de iris o reconocimiento vascular.
¿Y sobre qué rasgos se puede construir un sistema biométrico? A pesar de no ser el único, mayoritariamente se usa la identificación por voz. Además, en esta categoría también podríamos incluir rasgos del compartamiento, que es aquí donde se incluyen métodos de autenticación como la firma o las claves, que vendrían a ser los «sistemas tradicionales».
Las ventajas de los métodos de autenticación biométricos
Los sistemas de autenticación biométricos cada vez están más presentes. Sin irnos más lejos parece que fue ayer cuando Apple por medio del Touch ID en el iPhone 5S provocó la «moda» de incorporar lectores de huellas en sus dispositivos. Pero ahora ya no sólo es algo que se quede en los móviles o tablets, sino que ahora también es algo que ha llegado a los ordenadores (incluso antes de que Apple con el MacBook Pro y Microsoft con la nueva Surface decidieran hacerlo).
Y obviamente no nos podemos quedar ahí, y es que muchos dispositivos también incluyen reconocimiento de rostro. Incluso algunas marcas también están empezando a perfeccionar los sistemas de reconocimiento de iris, para poder así incorporarlo en sus futuros dispositivos. ¿Por qué tanto interés? Obviamente esto tiene que traer alguna ventaja, sino todas estas empresas no estarían «malgastando» su valioso tiempo …
La principal ventaja es el aumento de seguridad. Y es que por norma general, una protección por huella dactilar, escáner de iris o cualquier otro sistema de los que hemos visto, siempre será más seguro que una contraseña, por muy segura que esta sea. Básicamente porque la probabilidad de descubrir cómo es tu huella o tu iris es muy inferior a la de descubrir tu contraseña.
Sus desventajas y riesgos
A pesar de ser muy seguro, tienen sus debilidades. Pero mejorar su seguridad es posible, y es tarea de ambos, tanto de los fabricantes/desarrolladores como de los usuarios.
En cuanto a los usuarios sólo tienen una misión, y es no confiar en exceso en los sistemas de seguridad biométricos. ¿Por qué? Por dos motivos. El primero es que no todos los sistemas de seguridad biométricos son iguales, y no todos son igual de seguros. De esta forma, es posible que en algunos sensores de huellas se autorice a una persona que sólo posea una fotocopia de tu dedo, por ejemplo. Además, también es importante tener un plan B, y es que si confías tu seguridad exclusivamente en una huella dactilar, ¿qué pasa si desgraciadamente pierdes tus manos? Exacto, te quedarías sin tus datos, aunque esperemos que no pase …
¿Y con respecto a los fabricantes y desarrolladores? En ellos recae el mantener a buen recaudo vuestros datos biométricos (y esto lo intentaré explicar lo más sencillo posible, pues es algo muy importante). Si bien si alguien roba tu contraseña puedes cambiarla en cualquier momento por otra, esto no es posible con tus datos biométricos. Es decir, si alguien consigue los datos completos de tu huella dactilar, nunca podrás cambiarla. Y este es el mayor riesgo de usar tan amplia y descuidadamente la biometría.
Conclusión
Creo que lo más importante de este artículo es el último párrafo que acabé de escribir, y por ello no diré nada más, para que os quede a modo de reflexión.
¿Creéis que es seguro confiar nuestros datos biométricos, es decir, nuestra identidad, a nuestros dispositivos? ¿Habrá alguna forma de estar seguros que éstos no serán usados malintencionadamente? La verdad es que es algo sobre lo que no tengo respuesta …