Todos y cada uno de nosotros hemos tenido que reemplazar algún dispositivo electrónico que tengamos por un modelo nuevo debido a la obsolescencia programada.
Hoy vengo a hablaros de este fenómeno.
Os dejamos a continuación un interesantísimo documental que trata sobre este tema.
¿Qué es la obsolescencia programada?
Podemos definirla como el fenómeno tecnológico que hace que nuestros productos queden obsoletos o inutilizables al cabo de un período de tiempo determinado.
Este fenómeno recibe la coletilla de programada porque son las propias industrias las que determinan, generalmente, la vida útil del producto; por ejemplo, hoy en día, todas las impresoras de consumo tienen una vida útil estrechamente relacionada con el número de impresiones que la empresa haya decidido otorgar a dicho producto, es decir, su correcto funcionamiento dejará de serlo cuando lleguemos a dicho número, más allá de los años que tenga el dispositivo.
Este fenómeno lo que pretende es que la demanda de productos nunca decaiga debido a la extrema duración de los productos, obligando de tal forma al cliente a sustituir su dispositivo electrónico periódicamente.
Por poneros un ejemplo, dejando de lado el mundo tecnológico, en 1940 la empresa DuPont lanzó al mercado las primeras medias de nylon, medias que resultaron ser irrompibles debido a las propiedades de dicho material. Estas medias tuvieron un éxito monumental, ya que a quién no le gustaría tener un producto irrompible, un producto que te ofreciese una plusvalía de satisfacción respecto a su precio increíble. Este hecho provocó que la industria se viera resentida a medio plazo, ya que si las medias eran irrompibles, ¿quién iba a seguir comprando medias? El mercado se limitaba por el número de compradores de medias y no por la tasa de equipamiento de éstas. Rápidamente la industria textil se dio cuenta de esto y, poco a poco, las empezaron a hacer menos resistentes. A los empresarios les interesaba un mercado infinito, y uno desdichado desde sus inicios.
Fue así como dio comienzo la obsolescencia programada que hoy es asidua en la mayoría de productos.
Ahora bien, ¿son realmente los productos de Apple vulnerables a este fenómeno?
Obviamente sí. Pero, al menos personalmente, creo que merece la pena matizar varios aspectos.
Por un lado, todos y cada uno de los que somos consumidores de productos de Apple somos conscientes de la larga vida útil que estos tienen; por ello, podríamos pensar que están exentos del fenómeno de obsolescencia, pero no es así.
Apple hace obsoletos sus productos principalmente mediante el software, es decir, deja de dar soporte a un producto pasado un cierto tiempo, como pudimos ver recientemente con el iPhone 5, que morirá con iOS 10, ya que iOS 11 está pensado para ser desarrollado en dispositivos con arquitecturas de procesador de 64 bits y no de 32 bits. Es cierto que el hardware también supone una limitación y un agravante para que un dispositivo se quede obsoleto, pero Apple hace un magnífico trabajo de software que permite que dicho hardware se mantenga con dignidad una serie de años proporcionalmente mucho mayor a los productos de la competencia.
Volviendo al caso del iPhone 5, es un producto que ha soportado actualizaciones durante 5 años, ¡5 años! Mientras que los dispositivos de la competencia, los que soportan Android, no pasan más allá de un año y medio actualizándose.
Esto también es debido a la fragmentación que existe en el sistema operativo de Google, tema que excede las pretensiones de este artículo pero que, si estáis interesados, sólo tenéis que dejarnos en la caja de comentarios vuestro apoyo y haremos un artículo explicándolo más minuciosamente.
Recientemente hemos publicado un interesante post sobre los resultado fiscales de Apple, pincha aquí para leerlo.