Apple lo ha vuelto a hacer. La compañía ha dado un golpe sobre la mesa en el mundo de la automoción con CarPlay Ultra, su renovado sistema para vehículos que ha visto la luz por todo lo alto en un Aston Martin. La primera prueba pública ha dejado claro que esto no es una simple actualización, sino una reinvención total de la experiencia de conducción digital. Y sí, es tan fluida, intuitiva y profundamente integrada que algunos fabricantes ya están temblando.
La magia comienza nada más encender el coche. A diferencia de la versión anterior de CarPlay, esta nueva edición no solo aparece en la pantalla central, ya que se despliega por todo el salpicadero, ocupando incluso el panel de instrumentos. El velocímetro, el nivel de combustible, la navegación y hasta el control de climatización pasan a formar parte de un sistema diseñado, visual y funcionalmente, por Apple. El resultado es una experiencia cohesiva y minimalista, en la que todo está donde esperas y responde como debe. Como si el coche fuera, directamente, un accesorio del iPhone.
Novedades de CarPlay Ultra
Pero esta extrema integración no ha sentado bien a todos. En palabras del CEO de Mercedes-Benz, Ola Källenius, “ninguna otra compañía debería tener control total sobre las pantallas de nuestros coches”. Y es que Apple con esta nueva versión del software, Apple deja en un segundo plano al fabricante. También te contamos cómo conectar el iPhone sin cables al coche en este artículo.
Para calmar los ánimos, Apple ha introducido un sistema de plantillas personalizables que permiten a cada marca adaptar la estética del sistema a su identidad con colores, tipografías, distribución de elementos y más. En la prueba realizada por Top Gear, el Aston Martin conservaba sus rasgos distintivos, como son el color verde oscuro, los contadores analógicos digitalizados y una clara presencia de marca. Pero la base seguía siendo Apple, y se notaba.
Más allá del diseño, CarPlay Ultra da un salto técnico importante. Funciona de forma completamente inalámbrica, aunque puedes usar cable si lo prefieres, y se conecta en segundos. Solo necesitas un iPhone 12 o superior con iOS 18.4 como mínimo. La primera vez se requiere una breve configuración, pero a partir de ahí el coche y el teléfono se entienden solos.
La pantalla principal mantiene la estructura familiar de CarPlay, pero ahora incluye controles del vehículo que antes solo estaban en el sistema nativo del fabricante. La climatización, por ejemplo, se controla desde CarPlay sin tener que salir de la interfaz. También se pueden modificar elementos como la respuesta del motor, la suspensión o el volumen del escape. Todo con el estilo limpio y accesible que Apple sabe aplicar mejor que nadie.
Uno de los puntos más destacados es la fusión entre la información del coche y los servicios del iPhone. Velocidad, autonomía, presión de neumáticos, navegación con Apple Maps, Apple Music, llamadas, mensajes y más. Todo fluye en un solo entorno. Incluso la cámara de marcha atrás se integran gracias a lo que Apple llama “punch-through UI”, donde se muestra el sistema original del coche pero incorporado dentro del universo CarPlay.
En cuanto a la personalización, los conductores pueden cambiar el estilo visual de CarPlay, aplicando temas que modifican por completo el aspecto del cuadro de instrumentos y de la pantalla central. Todo sin sacrificar funcionalidad.
¿Están los fabricantes preparados para ceder el volante a Apple? Todo indica que algunos no. Pero si CarPlay Ultra sigue demostrando este nivel de excelencia, el público podría no darles otra opción.