¿Merece la pena tener el Modo Bajo Consumo siempre activado? Apple no quiere que sepas esto

Uno de los grandes secretos a voces del iPhone es el Modo Bajo Consumo, una función que Apple introdujo hace años con la promesa de alargar la batería en momentos puntuales, como cuando llegas al final del día con menos del 20% de carga. Sin embargo, cada vez más usuarios están optando por activarlo de forma permanente, incluso con la batería al 100%.
¿Tiene sentido hacerlo? ¿Te estás perdiendo algo si mantienes este modo activo todo el tiempo? La respuesta es más compleja de lo que parece, y en Cupertino probablemente preferirían que no experimentaras demasiado con ello.
¿Qué hace el Modo Bajo Consumo del iPhone?
El Modo Bajo Consumo limita varios procesos del sistema para reducir el consumo energético. Entre otras cosas, desactiva la actualización en segundo plano, limita los efectos visuales, detiene algunas tareas automáticas y reduce la velocidad del procesador. Esto último es especialmente importante, porque puede tener un impacto real en el rendimiento de ciertas aplicaciones, aunque la mayoría de los usuarios no lo noten en el día a día.
Lo curioso es que, al mantener el Modo Bajo Consumo activo permanentemente, muchos notan que su iPhone consume mucha menos batería, incluso aunque lo usen de forma intensiva. Esto se debe a que el sistema deja de gastar energía innecesariamente en tareas como comprobar correos en segundo plano, sincronizar archivos en iCloud o refrescar apps que ni siquiera tienes abiertas. Todo esto suena bastante razonable, y en muchos casos, puede suponer la diferencia entre llegar al final del día o no. Pero, como todo en tecnología, hay un precio a pagar.
Una de las consecuencias es que el iPhone puede sentirse menos “inteligente”. Si estás acostumbrado a recibir notificaciones puntuales de apps como Calendario, Correo o Mensajes, podrías notar que llegan con retraso o incluso no aparecen hasta que abres la aplicación manualmente. Además, si usas automatizaciones en Atajos, es posible que algunas de ellas dejen de ejecutarse automáticamente, ya que el sistema prioriza el ahorro energético por encima de todo. También se reduce el rendimiento gráfico, y aunque para la mayoría de usuarios esto no supone un problema, es una limitación.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el Modo Bajo Consumo cambia el comportamiento del sistema sin avisar. Por ejemplo, bloquea la sincronización y carga de fotos y vídeos en segundo plano en Fotos o reduce la tasa de refresco en modelos con ProMotion, como los iPhone 13 Pro en adelante. En otras palabras: el sistema operativo se transforma silenciosamente, y eso puede traducirse en una experiencia menos fluida y menos completa, especialmente en dispositivos potentes.
¿Cuándo debo activar el Modo Bajo Consumo en el iPhone?
Entonces, ¿merece la pena dejar el Modo Bajo Consumo activado todo el tiempo? Si tu prioridad absoluta es exprimir al máximo la batería y no te importa sacrificar un poco de fluidez o automatización, la respuesta es sí. Muchos usuarios con iPhone más antiguos aseguran que esta práctica les ha permitido extender la vida útil de la batería y evitar tener que cargar el dispositivo dos veces al día. Pero si tienes un iPhone nuevo, con buen rendimiento y autonomía decente, puede que esta estrategia te haga perder parte de lo que hace que el sistema de Apple sea tan fluido y seguro.
Apple no promueve el uso permanente del Modo Bajo Consumo. De hecho, cuando lo activas, te avisa de que está pensado solo para “cuando la batería esté baja”. Pero eso no significa que no puedas usarlo como tú quieras. Solo tienes que entender lo que implica.