Siempre he sido de cargar mi iPhone con cualquier USB-C: lo que no me esperaba era que mi privacidad estuviera en juego
Muchos de nosotros no le damos mucha importancia al cable que escogemos para cargar nuestro dispositivo. Sin embargo, hay estudios que demuestran que a través de los cabes USB-C nuestro smartphone puede ser hackeado y, por tanto, nuestros datos estarían comprometidos.
Las estafas están a la orden del día y los grupos criminales que se encargan de articular las mismas idean todo tipo de métodos con el objetivo de hacerse con nuestro dinero. En algunos casos, estos timos son más sofisticados y requieren de una serie de elementos que se deben producir al mismo tiempo para robar nuestros datos. En otros, utilizan objetos que utilizamos en nuestro día a día para extraer nuestra información personal.
Este último caso es el que ha alertado la empresa Lumafield, que ha realizado un escáner con rayos X con diferentes cables USB-C para dar a conocer a sus clientes los peligros a los que estamos expuestos si compramos un cable que no esté certificado por la empresa correspondiente. En este caso, Apple.
Iguales en apariencia, muy diferentes en contenido
Mediante el escáner de rayos X tenemos la posibilidad de conocer qué hay en el interior de los cables USB-C. Pese a que muchas veces caemos en la tentación de pensar que un cable es más caro que el resto, simplemente porque lleva el logo de Apple, la diferencia, sin embargo, es bastante evidente. Especialmente si nos fijamos en el interior del producto en cuestión.
La empresa ha confirmado que en las pruebas realizadas ha visto como en lo que parece que es un cable USB-C común existen diferentes tipos de malware que pueden instalarse en nuestro teléfono sin que nos demos cuenta. Estos cables pueden inyectar código malicioso, registrar las pulsaciones de las teclas y extraer datos personales sobre nuestro día a día que se encuentran almacenados en nuestro smartphone. Y todo ello sin que nos demos cuenta.
Más presencia en los cables más caros
Pese a los peligros a los que estamos expuestos por confiar en cables que no cuentan con las certificaciones adecuadas, hay una buena noticia que puede tranquilizarlos: según la misma empresa mencionada previamente, los cables detectados que incluían malware no bajaban de los 200 euros de precio. Una cifra que no es lo habitual para el común de los mortales.
La elección de enfocarse en este tipo de cables por parte de las bandas cibercriminales no es ninguna causalidad. Por un lado, se aseguran de que están atacando a una persona que tiene recursos económicos suficientes como para gastarse 200 euros en un cable. Por otro lado, también es cierto que estos cables, por el precio que tienen, suelen dar una falsa sensación de seguridad a su propietario. Por lo que es más habitual que no prestemos atención a si se produce algún cambio de comportamiento en nuestro terminal que indique que nos hemos infectado de algún tipo de virus.
En cualquier caso, lo mejor que podemos hacer a partir de ahora es fijarnos en el cable que utilizamos para cargar nuestro iPhone y asegurarnos de que es de un fabricante líder del sector.