Siempre he tenido el último modelo de iPhone, pero este año no voy a comprar el iPhone 16 Pro
Llevo desde hace años actualizando todos los años al último modelo de iPhone. Por mis manos han pasado, entre otros, el iPhone 12 Pro, el iPhone 13 Pro, el iPhone 14 Pro, y el iPhone 15 Pro Max, que es el teléfono que se va a lanzar este septiembre si nada extraño lo impide. Mi primera idea, como de costumbre, ha sido la de, como el resto de años, dar el paso y cambiar mi iPhone 15 Pro Max por un iPhone 16 Pro Max. Sin embargo, tras reflexionar un poco sobre ello, he decidido que este año no voy a cambiar de teléfono. Y como yo hay muchas personas que piensan lo mismo.
Soy un fan declarado de Apple. Siempre lo he sido y no tengo miedo de decirlo. He tenido más productos suyos de los que la media tendrá en unos años. Unos cuantos iPhone, varios Mac, varios iPad, todos los modelos de AirPods, unos cuantos Apple Watch, accesorios, HomePod, HomePod mini, etc. Se podría decir que no soy eso que llaman un “hater”. Sin embargo, este año no haré mi ya tradicional cambio de iPhone, y estiraré mi iPhone 15 Pro Max otros 12 meses. ¿El motivo? Empiezan a cansar las actualizacioncillas año a año en las que no hay prácticamente nada nuevo.
Apple, este no es el camino
Cuando he ido pasando del iPhone 12 Pro al iPhone 13 Pro y al iPhone 14 Pro siempre encontré en el nuevo iPhone algo que hacía que realmente mereciese la pena el cambio. Una pantalla de 120Hz, la Dynamic Island, un sistema de cámaras mucho mejor, etc. Fui un poco reticente al adquirir el iPhone 15 Pro Max, pero la batería del iPhone 14 Pro se me quedaba realmente corta, así que justifiqué el cambio pasando a un modelo más grande que traía una batería mucho más duradera, así que no me puedo quejar porque fue decisión mía.
Sin embargo, ¿qué queda este año? Pasar de una pantalla de 6,7 pulgadas a una de 6,9. Pero eso tampoco se va notar en el día a día. Tampoco va a traer un chip rompedor, ni una tecnología de pantalla diferente. Nada que justifique, desde luego, gastarse 1.500 euros en un producto que en el 99% de las situaciones va a funcionar exactamente igual que el que tengo, y por el que ya pagué 1.500 euros hace menos de un año.
Está claro que Apple no tiene que lanzar algo rompedor cada año. Es bueno mantener una cierta continuidad en vez de andar como pollos sin cabeza anunciando novedades sin sentido ni orden cada septiembre. Pero hay una diferencia muy grande entre hacer eso y vender dos años seguidos lo que es en el fondo el mismo teléfono pero midiendo 0,2 pulgadas más. Este año no actualizaré de iPhone, así que espero que desde Cupertino hagan algo para que mi visión cambie con los iPhone 17.