Una vez que adquirimos un iPhone tenemos la necesidad de protegerlo, y es que después del precio que pagamos por él, es normal, por lo que siempre nos vamos directos a adquirir una funda junto a un protector de pantalla, sea el modelo que sea, sin embargo, dentro de estos últimos tenemos diferentes opciones.
Hoy vamos a analizar para qué sirve realmente cada una de ellas, qué precio rondan, y cuál sería nuestra recomendación si de verdad queremos proteger al máximo la pantalla de nuestro iPhone, ya que existen diferencias bastante importantes entre estos 3 materiales, pese a que muchas veces no sabemos ni diferenciarlos.
¿Para qué sirve un protector de pantalla?
La función de este tipo de accesorios tienen un objetivo en concreto, y es evitar que esta se raye o sufra algún defecto por un golpe, sin embargo, a diferencia de lo que mucha gente piensa, no protegen ante una caída lateral, lo que conlleva normalmente la rotura de la pantalla.
Muchas veces, debido a la fragilidad de estos protectores, se rompen, dando la falsa sensación de que si no fuese gracias a ellos se hubiera roto la pantalla, cosa que no es verdad. Es decir, su objetivo real es protegerla de unas llaves que puedan rayarlo en el mismo bolso, un golpecito que pudiese crear un agujero en él, etc, pero lo más importante si no queremos que se nos rompa de verdad, es adquirir una buena funda que proteja las esquinas del iPhone, lo cual conlleva la mayoría de las roturas reales, y donde el protector de pantalla no actúa.
Ahora que sabemos la función real de estos accesorios, vamos a ver los 3 tipos principales que podemos encontrar en el mercado y cuál de ellos nos vendría mejor.
Protector de plástico
Este tipo de protector es el más económico, el que normalmente podemos ver de regalo con muchas fundas, que incluso nos traen 2 o más incluidos, debido precisamente al coste. Entenderás, ya por esto, que no son los mejores, y es que, en mi opinión, ni siquiera sirven para nada, puesto que son tan finos que lo único que conseguiremos es dejar burbujas al ponerlo, perder visibilidad en la calidad de nuestras pantallas, y no evitar grandes accidentes, ya que salvo para pequeños roces que pudiesen dejar marca, no sirven para mucho más, así que yo descartaría este tipo de protector incluso aunque me viniese gratis, prefiero no poner nada a llevar uno de estos, los cuales se comenzarán a despegar por las esquinas con el paso de las semanas, dejando un teléfono estéticamente horrible.
Protector de gel
Los protectores de gel o hidrogel se están poniendo muy de moda debido a que por su material se pueden adaptar a cualquier dispositivo, lo que los hace perfectos para esos modelos de teléfono que son complicados de encontrar debido a sus bajas ventas.
En cuanto a objetivo, tienen el mismo que los anteriores, y pese a que sí protegen algo más ante caídas, tampoco es su fuerte, por lo que nos centraríamos más en un protector para ciertos tipos de teléfonos, siendo los iPhone uno de los descartados, pues encontrar cualquier otro material para estos es muy sencillo debido a su popularidad.
Por otro lado, al usarlo notaremos una rugosidad en pantalla muy diferente a la fluidez que tenemos al no usar nada, por lo que muchos usuarios lo destacan como inconveniente, dejando, a su vez, marcas en este, debido al propio material de gel, lo cual hace que pasado un tiempo haya que cambiar.
Además, el precio es mayor que los de plástico, y pese a su ligera eficacia ante caídas, seguimos con un tipo de material bastante simple que no protegerá nuestro móvil de manera correcta, así que, por nuestra parte, quedaría también descartada, al menos habiendo más opciones e incluso más baratas, ya que no suelen ser nada económicos los protectores de gel.
Cristal templado
Por último nos vamos al cristal templado, el más popular, y con razón. Su función es proteger el iPhone tanto contra arañazos como contra golpes, siendo el más útil, pese a seguir necesitando una funda para evitar caídas.
Además, debido a su material, este sí se puede limpiar y no deja marcas, por lo que solo tendremos que pasarle un paño con algo de alcohol o agua para dejarlo como el primer día, no teniendo que cambiarlo ni por desgaste ni por el tipo de fabricación.
Dentro de esta gama también existen cristales mejores y peores, por lo que tendríamos que decantarnos por uno de gran calidad, al menos si queremos que el iPhone sufra lo menos posible y nuestra visión de pantalla sea la mejor, evitando reflejos y una perdida de su panel.
El único inconveniente de estos, además de un precio mayor (siempre que elijamos uno bueno), sería que están hechos de cristal, y ante una caída en la que se rompan protegiendo nuestra pantalla original, tendríamos que quitarlos con cuidado, pues nos podríamos llegar a cortar debido a su composición, algo que no ocurre en los anteriores, y de ahí que tampoco sean buena opción, ya que parecen simples pegatinas, no un protector real.
En resumen, ¿qué protector es mejor?
Creo que ya ha quedado claro, y es que el cristal templado no tiene competencia, y cualquiera de los otros dos solo conseguirán hacernos gastar dinero, ya que, como recomendación personal, no los pondría ni aunque me los regalasen, ya que tienen más contras que beneficios, y pese a la falsa sensación de proteger nuestra pantalla, no estarían haciendo nada, impidiendo poder disfrutar tanto de su visión como de su tacto, el cual, siendo un iPhone, no será nada malo.
Respecto a las opciones de compra, yo personalmente iría a que me lo pusieran en una tienda, adquirirlo por internet puede ser más barato, pero un cristal templado mal puesto puede ser peor que no tenerlo, e incluso te podría molestar, por lo que es mejor que pagues algo más y te garantices que quedará perfecto en tu iPhone, teniendo un teléfono mucho más protegido durante años. Después de pagar un iPhone, no intentes ahorrar en su protección.