Pese a sus esfuerzos por trasladar la producción a India, Apple se ha visto obligada a dar marcha atrás en uno de sus movimientos más estratégicos: el iPhone conmemorativo por el 20º aniversario se fabricará finalmente en China.
Así lo ha adelantado el periodista Mark Gurman en su boletín semanal, y los motivos que lo justifican van mucho más allá de la geopolítica, no tienen que ver con los aranceles de Donald Trump o las guerras comerciales, sino con la fabricación del propio dispositivo.
Apple no se irá de China
La compañía californiana tiene entre manos el que podría ser el iPhone más ambicioso de su historia. No se trata de una simple evolución de los modelos actuales, sino de un rediseño completo que incluiría, según las filtraciones más fiables, dos productos estrella: un iPhone plegable con diseño tipo libro, al estilo del Galaxy Z Fold, y una nueva versión “Pro” con una estructura dominada por el cristal y componentes que estarían ocultos bajo la pantalla. Es decir, tendría un panel completamente limpio, sin notch ni isla dinámica, con la cámara frontal y Face ID invisibles a simple vista. Una proeza tecnológica.
Estos diseños, según Gurman, son “extraordinariamente complejos” y requieren nuevas técnicas de producción, materiales especiales y un nivel de precisión industrial que, de momento, solo está garantizado en las fábricas chinas. Aunque Apple lleva años invirtiendo en sus plantas en India y pretende ensamblar allí todos los iPhone destinados al mercado estadounidense antes de 2027, lo cierto es que sus socios en el país asiático aún no están preparados para afrontar un desafío técnico de esta magnitud.
A esto se suma un factor histórico que pesa mucho en la estrategia de Apple: nunca ha estrenado una generación de iPhone completamente nueva fuera de China. Ni siquiera con el iPhone X, que rompió todos los moldes en su día con el Face ID y la desaparición del botón de inicio. La experiencia, la infraestructura y los recursos humanos que ofrecen proveedores como Foxconn o Luxshare siguen siendo inigualables a día de hoy, sobre todo cuando se trata de millones de unidades con un estándar de calidad extremadamente alto.
Nuevo iPhone 20 aniversario
Por otra parte, se especula que el modelo plegable podría superar los 2.000 dólares en precio de salida, lo que lo convertiría en el iPhone más caro de la historia. Y es precisamente esa exclusividad la que empuja a Apple a no correr riesgos en la fase de producción. Lanzar un dispositivo tan innovador y costoso con problemas de ensamblaje o defectos de fábrica sería un golpe demoledor para su imagen de marca, especialmente en un producto tan simbólico como el del 20º aniversario.
Mientras tanto, en India continúan los preparativos para asumir una mayor cuota de producción de los modelos actuales y los que llegarán en un futuro, invirtiendo en formación técnica y en ampliación de fábricas.
Apple se enfrenta a un dilema cada vez más difícil de resolver: cómo mantener su liderazgo en innovación sin depender tanto de China, en un contexto global cada vez más volátil. Por ahora, parece que la respuesta es pragmática: ir a lo seguro con el iPhone más importante de su historia. Y eso, para la compañía de Cupertino, significa volver al punto de partida.