La guerra entre iPhone y Android no viene de ahora, ni mucho menos, pero en 2025 las cosas han cambiado. Mientras que los teléfonos Android siguen liderando en variedad, especificaciones técnicas extremas y precios más accesibles, Apple continúa defendiendo su trono con argumentos que van mucho más allá de la potencia o la cámara. ¿Dónde sigue ganando el iPhone? La respuesta es más compleja de lo que parece.
Uno de los factores diferenciales sigue siendo el ecosistema. En 2025, Apple ha conseguido consolidar una experiencia unificada que simplemente no tiene rival. AirPods, Apple Watch, Mac, iPad y iPhone se entienden entre sí con una fluidez que Android aún no ha logrado replicar.
¿Por qué los usuarios prefieren iPhone?
Puedes empezar una nota en tu iPhone, seguir escribiéndola en el Mac y enviarla desde el iPad sin esfuerzo. Handoff, AirDrop, Universal Clipboard y la sincronización automática con iCloud siguen siendo ventajas clave que Android no logra imitar.
Otro punto fuerte es la privacidad. Apple ha hecho de ella un estandarte comercial, y aunque no está exenta de críticas, sigue ofreciendo mayores garantías que la mayoría de fabricantes Android. En iOS 18, los usuarios tienen un control aún más completo sobre los permisos de las apps, la localización o el acceso a la cámara y el micrófono. Funciones como el relay privado de iCloud+ o poder ocultar la dirección de correo electrónico están pensadas para limitar el rastreo, algo que en Android depende mucho más del fabricante o de instalar herramientas externas.
El soporte de actualizaciones es otro de los pilares. Mientras que la mayoría de móviles Android reciben tres o cuatro años de soporte como mucho, Apple mantiene dispositivos actualizados durante cinco, seis e incluso siete años. En 2025, modelos como el iPhone 11 o el iPhone SE (2020) siguen recibiendo versiones recientes de iOS, algo impensable en la mayoría de terminales Android lanzados por esas fechas.
A nivel de rendimiento, la diferencia es cada vez menos notable, pero Apple sigue liderando en términos de optimización. El chip A18 Pro del iPhone 16 Pro es capaz de competir de tú a tú con los mejores Snapdragon del mercado, y lo hace con menor consumo energético. Esto se traduce en una experiencia de usuario más estable, con menos cierres inesperados, mejor gestión de la batería y una mayor longevidad del dispositivo.
El iPhone es más seguro y estable que cualquier Android
Eso no significa que Android no haya mejorado. Fabricantes como Samsung, Google, Xiaomi o Huawei están empujando el sistema operativo de Google hacia un nivel de madurez que, en algunos aspectos, supera al de Apple. Las funciones de inteligencia artificial integradas, como la edición de fotos mediante IA o los resúmenes automáticos de contenido, ya son una realidad en Android. De hecho, en el campo de la inteligencia artificial, es en el que Android se adelanta con total firmeza. Apple Intelligence está a años luz todavía.
Apple sigue gana gracias a su ecosistema, a sus ajustes de privacidad, y al soporte y la experiencia global que ofrecen los iPhone, mientras que Android brilla en términos de innovación, personalización y avances técnicos. Elegir entre uno u otro es cada vez más una cuestión de preferencias, pero si buscas una experiencia cerrada, segura y bien integrada, el iPhone sigue siendo el referente.