El iMac de 24 pulgadas es un equipo que no tiene clara ni definida una línea de actuación, debido a que muchos usuarios no saben exactamente cómo será su evolución en los próximos años. Ejemplo claro lo encontramos en que recientemente se ha presentado el iMac con chip M3, saltándose la generación dos y teniendo un Mac mini con un mejor procesador que un iMac, equipo que en la mente colectiva es mejor que un Mac mini. En consecuencia, me he planteado la siguiente pregunta: ¿por qué Apple no ha lanzado un iMac con chip M3 Pro? Vamos a verlo a continuación.
Problema de costos y calor
Nadie puede poner en duda el rendimiento de los Silicon de Apple, un procesador que prácticamente ha dejado en “vergüenza” a la competencia tanto por su rendimiento como por su eficiencia energética. Ahora bien, a pesar de su buena eficiencia, son procesadores que si haces flujos de trabajos complejos que requieren exprimir el chip a su máxima capacidad, se van a calentar y mucho.
Como consecuencia de ello, si Apple incorporase el chip M3 Pro y una configuración de 24 GB de memoria RAM (o 32 GB), los ingenieros de Cupertino se verían en la tesitura de ampliar el grosor del dispositivo, es decir, tendría que repetir la misma jugada que hizo con el Mac mini M2. Apple, según los estudios y su planteamiento, no quiere incluir un procesador tan potente en un equipo que pueda provocar problemas a los usuarios, problemas no solo en caída de rendimiento, sino que pueda afectar al panel debido a la proximidad.
Continuando con el hilo en cuestión, lanzar un iMac con chip M3 Pro podría provocar que las ventas del Mac Studio se redujeran de forma considerable, puesto que este chip es capaz de ofrecer un rendimiento espectacular a la mayoría de los usuarios. ¿Para qué voy a querer pagar de más si con el iMac de 24 me ofrece todo lo que necesito? La compañía indirectamente se estaría canibalizando a sí mismo.
Studio Display, la solución para todos
El monitor de Apple tiene una importancia vital en esta estrategia de Apple, ya que la firma californiana ha presentado un monitor «low cost» que sirviese como complemento ideal tanto para el Mac Studio, Mac mini como para los portátiles.
Todos los equipos citados tienen el procesador MX Pro y todos ellos necesitan o se complementan con un monitor. Indirectamente, estoy consiguiendo que un usuario realice un desembolso mayor si quieren seguir dentro del ecosistema de Apple.
Si Apple equipa el iMac de 24 pulgadas con este procesador, dejaría de tener sentido la Studio Display porque el iMac coparía las ventas de este monitor y reduciría los ingresos de la compañía. La cuenta es sencilla, solo la estudio Display vale más que todos los iMac de entrada. ¿Entendéis la jugada?
A modo de conclusión, la compañía que preside Tim Cook acabará lanzando un iMac de 27 y 32 pulgadas porque las ventas del Mac Studio y de la Studio Display no terminan de arrancar, mientras tanto, Apple seguirá “ordeñando la vaca” de sus usuarios, buscando por todos los medios que el Mac mini, el MacBook o el Mac Studio necesiten otro complemento más, un complemento de más de 1700 euros.
¿Qué Mac se venden en Apple?
Con el lanzamiento de los Apple Silicon de tercera generación, se cierra el año de presentaciones de Cupertino y, por tanto, es un buen momento para analizar qué Mac es mejor según el tipo de usuarios y con base en los nuevos productos, elegir cuál es la mejor opción para finales de 2023 y 2024.
Lo primero que vamos a analizar cuáles son los Mac que la compañía vende en su página oficial. En la categoría de portátiles, contamos con el MacBook Air 13«con chip M1 y los MacBook Air de 13 y 15 pulgadas con chip M2. En su segmento más tope de gama, contamos con los MacBook Pro de 14 y 16 pulgadas con chip M3, M3 Pro y M3 Max.
En la categoría de sobremesa, tenemos el iMac de 24 pulgadas con chip M3, el Mac mini M2 y M2 Pro, Mac Studio con M2 Max y Ultra y el Mac Pro con M2 Ultra.
Nos encontramos con una gran diversidad de modelos, por lo que, la importancia de tomar una buena decisión adquiera una importancia vital y para ello, tenéis que realizar una pregunta fundamental: ¿Cuál es tu flujo de trabajo?