Si vas a comprar un MacBook por primera vez o, sin ser el primero, no has recaído en algunos detalles como los elementos que se pueden cambiar, no te preocupes. En este artículo te resumimos cuáles son esos componentes que no vas a poder actualizar una vez adquirido el dispositivo, de tal forma que puedas tenerlo claro a la hora de elegir su configuración.
¿Qué componentes no se pueden cambiar?
Si bien es cierto que hay muchos ordenadores en el mercado que permiten actualizar algunos de sus componentes una vez comprados, no sucede esto con los MacBook. Hace años si que era posible cambiar algunos, pero ahora son tareas complejas porque los portátiles vienen sellados y en muchas ocasiones los hacen incompatibles con piezas que no sean originales, por lo que ni los más habilidosos pueden realizar cambios.
Empezamos por el cerebro de todo dispositivo electrónico como es el procesador. Actualmente Apple está haciendo transición a los llamados Apple Silicon, comenzando con el M1. Este es un excelente chip y que te aportará un gran rendimiento en muchísimas facetas, pero si en algún momento se te quedase corto (ahora o en unos años) no tendrás posibilidad de cambiarlo. Y en este caso tiene su lógica, dado que esto implicaría cambiar prácticamente toda la placa para ajustarla al microchip.
Es el caso de la pantalla. Existen varias versiones de portátiles en Apple actualmente con tamaños de 13,3 pulgadas (‘Air’ y ‘Pro’), pero también de 16 pulgadas (‘Pro’). Al tratarse de un ordenador portátil es evidente que este no es un componente que pueda cambiarse en ningún caso, por lo que elegir un tamaño que te venga bien es fundamental. En cualquier caso, siempre puedes «solventarlo» si lo conectas a un monitor externo.
Con la memoria RAM sucede lo mismo y es que los GB que elijas de primeras serán con los que te quedes. Y en este caso si que vemos incluso iMac que permiten cambiar esta configuración pudiendo añadir más memoria, pero no es el caso de los portátiles. Disponer de una RAM baja para según que procesos puede ser un problema, por lo que debes tenerlo en cuenta.
El disco de almacenamiento, SSD en los últimos años, es otro elemento indispensable. Quedarse sin memoria en el Mac puede tener sus pequeñas soluciones si optimizas al máximo el espacio o recurres a discos externos, pero al final no será igual de cómodo que tener un disco con mayor almacenamiento. Por tanto, trata de ser previsor y no quedarte corto. Como dice el refrán, mejor que sobre a que falte.
Y por último, pero no menos importante, ten en cuenta que tampoco el número de puertos cambiará. Sí, existen hub fabulosos que pueden hacerte el apaño, pero al final no es igual de práctico que tenerlos integrados. En estos últimos años los MacBook incorporan cada vez menos ranuras, dos en concreto, y de un solo estándar (USB-C), teniendo solo versiones de MacBook Pro con cuatro puertos.
Nuestro consejo: piensa también en el «yo» del futuro
Como ya veníamos advirtiendo, ser previsor es fundamental a la hora de configurar tu MacBook. Es posible que en estos momentos vayas a destinar tu equipo a tareas para las que los componentes elegidos sean más que aptos, pero quizás no sea así pasado el tiempo. Evidentemente nadie puede predecir lo que ocurrirá, pero si ya tienes en mente dedicar tiempo en un futuro a edición de vídeo o similar, es aconsejable que ya compres el MacBook con configuraciones adecuadas para ello.