Estamos juzgando mal a las Apple Vision Pro, y aquí te cuento el por qué
Apple y la realidad mixta son dos elementos que a día de hoy se entienden mejor juntos que separados, gracias a las Apple Vision Pro. La era de la computación espacial sólo ha hecho que empezar. Y, sí: es cierto que el primer producto que inaugurará esta línea sólo se va a vender en EEUU. Y que va a ser grande. Y necesitará batería externa. Y que va a ser caro. Y todos los «pero» que queramos añadirles van a ser ciertos. Sin embargo, creo que es hora de ejercer de abogado del diablo.
¿Por qué estamos juzgando mal a las Apple Vision Pro? Visto de forma aséptica, y bajo el sesgo de un consumidor de a pie, se trata de un producto que sólo saldrá en un país, que costará más que muchos ordenadores Mac, que sólo durará poco más de dos horas alimentado por batería externa y que saldrá con un software que todavía no se ha probado al público generalista, en un momento histórico en el que la realidad virtual no está tan extendida como creíamos que podría estar.
La competencia ya ha puesto el hocico en este segmento, creando gafas enfocadas a los videojuegos y al entretenimiento, a precios mucho más bajos (muchísimo más bajos, de hecho) y que, encima, se pueden comprar en España y en Marte, si hace falta. ¡Fracaso absoluto de las Apple Vision Pro! No.
¿Recordamos lo que pasó con el iPhone en 2007?
2007. Steve Jobs sale al escenario. Presenta un móvil que sólo tiene un botón. A un precio muy alto. Sólo se vendía en EEUU. Todos los teléfonos de la época tenían teclas, y tapas y antenas retráctiles. Y también tenían una pantalla microscópica. Y lo de la cámara, bueno, eso era anecdótico. Lo que parecía un ordenador de 3,5 pulgadas, en realidad era un teléfono. Quién dijera en su momento que aquello iba a fracasar (yo me sé de muchos), ahora mismo pueden vestir orgullosos una camiseta con el meme de «Directed By Robert B. Weide».
¿Empezamos a ver un patrón? Las Apple Vision Pro no son unas gafas de realidad virtual con las que encerrarnos en un metaverso y desconectar del mundo. Son un ordenador, solo que no tienen forma de ordenador. Ni teclado, ni trackpad ni ratón. Y si partimos del refrán de que «yo soy yo, y mis circunstancias», «yo y mis circunstancias somos la interfaz de manejo». Y creo, sinceramente, que hasta que no entendamos que estas gafas son lo que puede acabar sustituyendo una mesa de escritorio, con su pantalla, sus altavoces, y su «todo», no vamos a ser capaces de interpretar lo que vemos. Y mucho menos, lo que estamos juzgando.
Las comparaciones son odiosas
Y hasta cierto punto, son entendibles. Hemos visto productos de tecnología con formas muy similares. Muchas grandes empresas se llenan la boca a partes iguales de millones de dólares y de realidades virtuales que quieren vendernos en forma de gafas. Hasta ahora, la realidad virtual era un entorno en el que tenemos un escenario separado de nuestro mundo, en el que poder hacer cosas. Jugar, interactuar, socializar, trabajar.
Las Apple Vision Pro ni son una realidad virtual, ni se desconectan del mundo, ni nada parecido. El enfoque es profesional. No te desconectas de la realidad (si no has visto la presentación, humildemente te invito a que lo hagas, para entender más del contexto). Y las aplicaciones que se han mostrado no están pensadas, en un primer momento, para los seres humanos que paseamos por la calle y que tenemos empleos que se pueden hacer con un ordenador.
Los usos reales que han mostrado de las gafas están dirigidos a sectores muy específicos. Tecnología puntera. Estados Unidos es el banco de pruebas de Apple. Y si le añadimos el factor de ser el primer producto de esta categoría, con este enfoque y con esta construcción, lo mínimo esperable es que no sean baratas.
Querer creer que Apple quiere venderte a ti unas Vision Pro para enviar un correo, es lo mismo que creer que Apple te quiere vender un Mac Pro (con ruedas, ya que estamos) para que juegues al buscaminas. Apple abarca una cantidad de público inconmensurable. Tantos millones de dólares en sus cajones no provienen únicamente de consumidores de a pie, nos guste o no.
Las Apple Vision Pro son un ordenador, que no está pensado para el gran público. La gran escala ya vendrá con los años. La tecnología se va a abaratar. Y sino, pensemos en el primer ordenador que se fabricó en la historia. Lo que antes ocupaba el tamaño de un adosado en la costa de Marbella, ahora cabe en el bolsillo de unos vaqueros. La tecnología tiene su propio proceso evolutivo. Intentemos hacer el esfuerzo de no quitarle el beneficio de la duda, ni que sea. Tomemos perspectiva. Pero quién sabe, yo no soy adivino. Ni tampoco sé si las Vision Pro van a ser la próxima revolución industrial. Sin embargo, allí estaremos todos para ver cómo van sucediendo los acontecimientos.