ChatGPT comienza la guerra contra la nueva inteligencia artificial china: la acusa de robarles tecnología

DeepSeek irrumpió hace apenas unos días cuando agitó completamente la bolsa estadounidense y puso el mundo de la tecnología patas arriba, como un modelo de inteligencia artificial de código abierto, contra el que los abusivos precios de ChatGPT no tienen nada que hacer.
Pues bien, los chicos de OpenAI, propietarios de ChatGPT, no han tardado mucho en tomar cartas en el asunto para evitar perder la corona dentro del ya de por sí competido mundo de la inteligencia artificial, entre el que también destacan otros chatbots como Copilot (Microsoft) o Gemini (Google).
ChatGPT carga contra la IA china
OpenAI ha señalado directamente a la startup china DeepSeek por utilizar de manera indebida sus modelos de inteligencia artificial para entrenar un sistema propio de código abierto. Según la compañía liderada por Sam Altman, la empresa asiática habría recurrido a una técnica llamada “destilación”, un método en el que las respuestas de modelos más grandes sirven para entrenar versiones más pequeñas. Aunque esta práctica es habitual en el sector, OpenAI considera que DeepSeek cruzó una línea al usarla para desarrollar un competidor directo.
Un portavoz de OpenAI, en declaraciones al Financial Times, dejó clara la postura de la empresa: “El problema es cuando se extraen datos de la plataforma para crear un modelo propio con fines comerciales”. Esta acusación cobra aún más relevancia considerando el éxito fulgurante de DeepSeek en los últimos meses. Su modelo R1 ha sido aclamado por su capacidad de razonamiento avanzado y su coste de desarrollo sorprendentemente bajo: apenas 5,6 millones de dólares, una cifra mínima comparada con las inversiones multimillonarias de OpenAI o Google. Además, la app de DeepSeek ha alcanzado el primer puesto en la App Store de Apple en varios países, incluido Estados Unidos, lo que refleja el crecimiento exponencial que está experimentando.
DeepSeek llega pisando fuerte
La polémica no ha pasado desapercibida en el ámbito político. David Sacks, asesor de la Casa Blanca en materia de inteligencia artificial, fue tajante en una entrevista con Fox News: “Hay pruebas sustanciales de que DeepSeek extrajo conocimiento de los modelos de OpenAI, y no creo que OpenAI esté nada contenta con esto”. Sus declaraciones refuerzan la hipótesis de que la startup china no habría seguido las reglas del juego en su proceso de desarrollo, aunque es evidente que desde Estados Unidos defiendan su modelo contra el de la otra gran potencia política, como es China.
Las consecuencias en el mercado no tardaron mucho en aparecer. Nvidia, uno de los gigantes de la industria del hardware para IA, vio desplomarse su valor bursátil un 17 % en un solo día, perdiendo la asombrosa cifra de 589.000 millones de dólares. Los inversores comenzaron a preguntarse si el futuro de la inteligencia artificial podría depender menos de costosos chips y más de estrategias de optimización como la utilizada por DeepSeek.
El conflicto tiene un origen que va más allá. Según Bloomberg, tanto OpenAI como Microsoft habrían detectado y bloqueado cuentas sospechosas en agosto por violaciones de sus términos de servicio. Ahora, ambas empresas creen que estas cuentas estaban vinculadas a DeepSeek, aunque han evitado dar más detalles sobre las pruebas que tienen.