Steve Jobs, mítico cofundador y CEO de Apple fallecido en 2011, tenía grandes virtudes en el terreno de la innovación, por saber ver aquello que para otros era una locura o simplemente no vieron. Sin embargo también pecaba de falta de visión en algunos aspectos, como es el caso de los llamados ‘phablets’, que son teléfonos móviles de más de 5 pulgadas y que hoy en día abundan en todas las compañías incluyendo a la propia Apple. ¿Qué le pasaba a Jobs con estos dispositivos?
El tamaño importa, al menos para Steve Jobs
La obsesión de Steve Jobs por el diseño de los dispositivos no era solo una cuestión de estética, viendo diseños minimalistas y atractivos a la vista. Perseguía también que estos dispositivos fuesen lo más ajustados posibles a las necesidades físicas y psicológicas de los consumidores, por lo que estos debían ser plenamente accesibles. De hecho es muy icónica la anécdota en la que se dice que Jobs desechó un prototipo de iPod tirándolo a una pecera por considerar que era demasiado grande y aún se podía reducir más el tamaño.
Tener un dispositivo plenamente funcional y usable con una sola mano era algo que el ilustre personaje quería que fuese un dogma en los iPhone. Incluso el iPhone 5 llegó a protagonizar un vídeo creado por la propia compañía en el que se destacaba la posibilidad de usar este dispositivo con una sola mano, pudiendo alcanzar cualquier parte con el dedo sin necesidad de cambiar de postura o recurrir a la otra mano. Se dice que esto fue un homenaje por parte de la compañía al ya difunto Jobs y esta particular obsesión, no en vano hay informes que apuntan a que este pudo llegar a planificar el futuro de los iPhone hasta esta generación.
El mercado de los ‘phablets’ se impuso
Pero la virtud pasa a ser un defecto cuando esta implica ignorar una realidad. El mercado de los smartphone estaba en pleno apogeo y la mayoría de fabricantes optaron por que este crecimiento se hiciera patente en el tamaño de las pantallas y por ende del cuerpo del dispositivo. Los teléfonos de 5 pulgadas que hoy algunos ven incluso pequeños, eran enormes dispositivos en años como el 2012. Sin embargo algunos fabricantes rompieron la balanza, como Samsung con su primer Galaxy Note lanzado a finales del anterior año.
Tras la compañía surcoreana fueron muchas las marcas que empezaron a crear dispositivos cada vez más grandes. Apple se estaba quedando estancada con dispositivos que no pasaban de las 4 pulgadas. Tim Cook era quien había tomado el testigo de Jobs al mando de la compañía, por lo que fue participe de una decisión que cambió por completo la historia de los iPhone y que quizás su antecesor nunca hubiese permitido.
En 2013 la compañía californiana se aventuró a tomar las riendas de las actuales tendencias y presentó un iPhone 6 de 4,7 pulgadas. Toda una osadía para muchos, ya que aportaba casi una pulgada más que los anteriores teléfonos. No era un cambio enorme, pero si muy notable. Pero la cosa no quedó ahí, ya que Apple rompió por completo con su pasado lanzando además un iPhone 6 Plus de 5,5 pulgadas. Este tamaño, ya no solo por el de la pantalla sino por el del dispositivo en sí, hizo que muchos rechazasen esta gama por su engorrosa ergonomía, pero hizo que otros tantos se abrazasen a estos terminales como dispositivos ideales para consumir contenido multimedia.
Eso sí, hay que destacar que Apple no se olvidó de la comodidad de los usuarios, ya que desde estos terminales incorpora una funcionalidad muy útil que hace que el teléfono sea más accesible a una sola mano. La forma de hacerlo en los dispositivos con botón home es tocando dos veces (no pulsando) dicho botón, mientras que en los modelos con Face ID hay que hacer un leve gesto de deslizar en la parte inferior. Esto hace que la interfaz que se encuentra en la parte superior baje a una media altura y sea más accesible, aunque después vuelve a la normalidad.
Los iPhone si todavía estuviese Steve Jobs
Hay un viejo refrán que dice que quien tiene boca se equivoca, al igual que otro que afirma que rectificar es de sabios. Probablemente Jobs fuese un sabio en su terreno y hubiese sabido rectificar su obsesión por los dispositivos pequeños. Pero este hombre también se caracterizó por su cabezonería y quien sabe si hubiese permitido finalmente que modelos como el iPhone 6 Plus y sus sucesores hubiesen sido posibles bajo su mandato.
Si este dogma del cofundador hubiese perdurado en nuestros días no solo nos habríamos perdido dispositivos como los iPhone 6 Plus, 6s Plus, 7 Plus u 8 Plus. También habríamos dejado de ver los actuales diseños todo pantalla llamados ‘Max‘ (XS Max y 11 Pro Max). Puede que incluso las 5,8 pulgadas del iPhone X, XS y 11 Pro le hubiesen parecido una locura. Si bien es cierto que en estos dispositivos se reduce considerablemente los bordes en favor de la pantalla, el tamaño sigue distando demasiado de lo que veíamos en los clásicos iPhone 4 y iPhone 5.
Evidentemente estamos hablando de situaciones hipotéticas que de ninguna forma podrá demostrarse tras la pérdida de Steve Jobs. Pero resulta cuanto menos curioso ver como la compañía ha sabido pasar página de su antiguo CEO y ha podido incorporarse a las tendencias que demandan los consumidores. Quizás muchos echen en falta la visión de un genio como este para llevar a cabo las tan necesarias innovaciones en el sector, pero de la misma forma se ha podido adquirir otras cosas que con él quizás no hubiesen existido.