Apple, toma nota: esto es lo que les falta a las Vision Pro para ser un éxito rotundo
El lanzamiento de las Apple Vision Pro a principios de este 2024 causó revuelo en el mundo de la tecnología. Con un precio de 3.499 €, el dispositivo de realidad aumentada prometía ser el futuro de la computación espacial.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y los primeros usuarios han tenido la oportunidad de probarlo, queda claro que, para que las Vision Pro se conviertan en un verdadero éxito, Apple tendrá que superar varios obstáculos.
Qué cambios necesitan las Apple Vision Pro
El principal: su alto precio, que limita el mercado a un nicho muy reducido, compuesto por los más adinerados y los verdaderos entusiastas de la tecnología. Sin una función específica y realmente necesaria para el público general, las Vision Pro corren el riesgo de quedarse en el olvido como una simple curiosidad tecnológica.
Uno de los principales problemas de las Vision Pro es su inaccesible coste. A 3.499 euros, este dispositivo es un lujo que solo pueden permitirse los usuarios con un poder adquisitivo elevado. Mientras que los fanáticos de la tecnología y las empresas innovadoras pueden sentirse atraídos por su diseño futurista y sus avanzadas características, el público general lo considera una inversión demasiado grande para un producto que aún no ha demostrado ser esencial en la vida cotidiana.
El hecho de que Apple lo haya posicionado como una especie de “gafas para especialistas” hace que el dispositivo esté limitado a un mercado muy reducido, lo que no favorece la masificación de la tecnología. Si Apple quiere que las Vision Pro se conviertan en un producto de consumo generalizado, necesitará algo más que una actualización de software. Necesita una razón clara y poderosa para que los usuarios no solo lo deseen, sino que lo necesiten.
El software, aunque ha mejorado con la actualización a visionOS 2, aún se siente limitado y no alcanza a proporcionar una experiencia de usuario fluida y natural. Las funciones disponibles son útiles, y particularmente, la posibilidad de ver tu MacBook en una pantalla «infinita» gracias a las gafas, es muy aprovechable, pero en muchos casos aún no están completamente pulidas ni mucho menos justifican la costosa compra.
Aunque algunos ajustes, como los nuevos gestos de control y la reorganización de las aplicaciones, hacen que la experiencia sea más intuitiva, la interfaz sigue siendo algo torpe. Los problemas de multitarea persisten, y el concepto de “computación espacial” aún está lejos de ser tan natural como los dispositivos que usamos a diario, como los móviles o los ordenadores portátiles.
En lugar de abrir nuevas posibilidades, las Vision Pro siguen siendo una serie de ventanas virtuales ancladas en el espacio, lo que dificulta la gestión de múltiples aplicaciones al mismo tiempo. A pesar de los avances, las Vision Pro aún no ofrecen una verdadera “expansión de espacio” que haga que valga la pena el esfuerzo económico de comprarlo.
Las Vision Pro no son necesarias de momento
Otro aspecto fundamental que limita el éxito de las Vision Pro es la falta de una función imprescindible para el público general. Aunque la realidad aumentada tiene un enorme potencial, la mayoría de los usuarios no encuentra una necesidad urgente de utilizarla en su día a día. Actualmente, las Vision Pro están principalmente diseñadas para ver contenido de forma inmersiva, lo cual puede ser interesante para algunos, pero no es algo que cambie las reglas del juego para la mayoría de las personas.
Apple necesita encontrar una función verdaderamente esencial que haga que todos los usuarios, no solo los entusiastas de la tecnología, sientan que este dispositivo es indispensable. Una función que lo convierta en una herramienta diaria, más allá de un entretenimiento ocasional o una novedad.
La realidad es que el mercado de las Vision Pro no está preparado para su adopción masiva. El precio desorbitado y la falta de un propósito claro y funcional para la mayoría de los usuarios son dos barreras que Apple debe superar si quiere que las Vision Pro sean un éxito rotundo. A pesar de los avances tecnológicos y el potencial de la computación espacial, el dispositivo sigue siendo, por ahora, una joya tecnológica para unos pocos privilegiados.