A pesar de que el iPhone XR tenga casi cinco años, sigue siendo mi teléfono principal. Aprovechando que ya ha salido la última versión de iOS 17 (que finalmente conseguí instalar), llevo ya unos días con la última versión del sistema instalada, así que en este post te vengo a contar la experiencia de tener la versión más reciente, en un teléfono «tan antiguo». Así que en este post voy a hacer un repaso de lo mejor de esta actualización, de todo lo bueno que noto en el día a día, así como alguna que otra mejora que no me esperaba.
Muy seguramente sea la última actualización que mi teléfono reciba. Esto lo comento, ya que tiene que ver con el rendimiento que puede llegar a tener un iPhone al final de su vida útil, en cuanto a versiones nuevas se refiere. Y ya te hago el spoiler de que me ha sorprendido mucho cómo esta versión ha rejuvenecido mi iPhone en ciertos aspectos. O, al menos, noto como se ha descongestionado en algunos aspectos en los que antes le costaba un poco más desenvolverse.
Lo que ha mejorado
Hay ciertos aspectos en los que he notado una mejora inmediata. Para empezar, la multitarea ahora se ejecuta de una forma mucho más fluida que antes. No es que antes se abriese todo de forma tosca, sino que noto que las animaciones son mucho más fluidas y rápidas. Desde la apertura con el gesto hacia arriba en la pantalla de menús, hasta el cambio entre las diferentes aplicaciones que están abiertas.
En los widgets, la mejora no la he notado en cuanto al funcionamiento directo desde la pantalla de inicio, sin necesidad de tener que abrir la aplicación prior. Nuevamente, las animaciones son más fluidas. Pero también lo es la carga del contenido: Desde que se enciende el iPhone y carga el widget, hasta las propias actualizaciones en tiempo real, en algunos como Tiempo o Calendario.
Apple Music
Dentro de lo que ha mejorado, quiero hacer una mención especial a lo que es la aplicación propia de Apple Music. Aunque utilice el iPhone para trabajar en la gran mayoría de las ocasiones, lo cierto es que siempre tengo la app abierta y estoy reproduciendo música a todas horas.
Nuevamente, no sólo las animaciones han mejorado y son más rápidas. Sino que tengo una nueva interfaz más limpia, y con botones renovados que hacen que se vea mucho más despejada. Además de esto, está la función de Nuevos Lanzamientos, la cual antes no me permitía acceder a reproducir las nuevas canciones basadas en mis recomendaciones de artistas y listas favoritas.
Cámara
La cámara tiene una nueva función, muy discreta y sutil. Pero lo cierto es que, desde que la he descubierto, hace que mis fotos sean mejores, en cuanto al encuadre y a la inclinación se refiere.
No se trata de un cambio radical, sino que es algo tan simple como un nivel de inclinación. Cuando saco fotos, ya sea en vertical como en horizontal, en medio de la pantalla ahora me sale una barra de inclinación que me permite poner el iPhone recto, para captar todo mucho más estético. Sinceramente, era algo que no me esperaba, y que es de agradecer, ya que también me gusta mucho utilizar el teléfono como cámara de fotos que me llevo a todas partes.
La personalización de la tarjeta de contacto
Aunque se trate de una funcionalidad que, a efectos prácticos, es cosmético, lo cierto es que me gusta la personalidad que puede llegar a tener. Ciertamente, encuentro muy divertido el hecho de poder jugar con algo tan simple y, hasta ahora, «soso», como es la tarjeta de contacto.
Además, cuando hablo por teléfono, el iPhone de forma automática me lanza un mensaje donde me pregunta si quiero compartir con la otra persona mi tarjeta de contacto personalizada. Y de cara a la lista de contactos, han conseguido que la interfaz me recuerde más a un álbum en Apple Music, que no a una ficha de contacto (salvando las distancias). Detalles cosméticos, insisto, pero que creo que le dan vidilla, y en aspectos en los que, honestamente, nunca me habría parado a pensar que pueden hacerse más divertidos.