Lo que comenzó como una simple sesión de fotos en un paisaje natural terminó en una auténtica pesadilla para Matilda Campbell, una joven australiana de 23 años que vivió un episodio digno de una película de suspense.
Mientras disfrutaba de una jornada fotografiando el impresionante valle de Hunter, en Nueva Gales del Sur, Matilda nunca imaginó que perder su iPhone acabaría poniendo su vida en peligro.
Perder tu iPhone no es el fin del mundo
Matilda, una entusiasta de la fotografía y usuaria de iPhone, estaba tomando imágenes de las majestuosas formaciones rocosas del valle cuando, en un golpe de mala suerte, su móvil se le escurrió de las manos y cayó en una grieta entre dos enormes rocas. En un acto reflejo, y sin medir las consecuencias, la joven intentó recuperar su teléfono, lo que provocó que resbalara y cayera tres metros, quedando atrapada cabeza abajo en un estrecho hueco entre las rocas.
Con sus pies encajados y su cuerpo colgando peligrosamente, Matilda se encontró en una situación crítica. El intento de salvar su iPhone la había dejado inmovilizada y con pocas opciones de liberarse por sí misma. La joven, a pesar del pánico inicial, mantuvo la calma mientras esperaba que llegara la ayuda.
El rescate de Matilda fue una operación extraordinaria que involucró a un equipo especializado de NSW Ambulance. Peter Watts, uno de los paramédicos de rescate que acudió al lugar, calificó el incidente como “fuera de lo común” y reconoció que nunca se había enfrentado a un desafío similar. Según Watts, a pesar de la complejidad de la situación, Matilda permaneció tranquila y colaboró a lo largo del proceso.
Para liberar a la joven, los equipos de emergencia tuvieron que movilizar varios recursos y desarrollar un plan meticuloso. Se enfrentaron a la tarea de retirar siete enormes rocas, algunas de las cuales pesaban hasta 500 kilos. Además, se construyó un armazón de madera como medida de seguridad, en caso de que alguna de las rocas cediera durante el rescate.
Rescate preciso sin precedentes
Fueron necesarias siete horas de trabajo intenso para liberar a Matilda. Afortunadamente, la joven sobrevivió con heridas relativamente leves: algunos rasguños, hematomas y una vértebra fracturada. Sin embargo, su iPhone no corrió la misma suerte, ya que no pudo ser recuperado de la grieta.
Este insólito incidente ha generado una oleada de comentarios en las redes sociales, donde la historia de Matilda se ha compartido ampliamente. Aunque el informe oficial no menciona el modelo del teléfono, las publicaciones de la joven en sus redes sugieren que era usuaria de iPhone, lo que ha llevado a muchas personas a bromear sobre los riesgos de intentar recuperar un dispositivo tan caro.
Aunque Matilda se está recuperando de sus heridas, su historia quedará como advertencia para quienes, en un momento de impulso, no piensan en los peligros de una decisión así. La próxima vez que pierdas tu móvil en un lugar complicado, recuerda esta historia y piénsalo dos veces antes de arriesgar tu vida. Un teléfono se puede reemplazar, pero poner la vida en peligro por recuperarlo puede tener consecuencias graves, como bien lo demostró este incidente.