Actualmente, la mayoría de teléfonos inteligentes están sufriendo el llamado efecto “Comodity”: dispositivos que se parecen mucho entre sí y que prácticamente cuesta diferenciarlos. Sin embargo, hubo una época donde los fabricantes intentaban innovar y no siempre obtenían los resultados esperados. En este post, vamos a ver cuáles han sido los teléfonos estéticamente más feos de la historia.
Familia Siemens
Alemania nunca ha sido un país que haya destacado por fuertes marcas de teléfonos ni de smartphones. Sin embargo, sí hubo una compañía que intento incluirse en este mercado con unos resultados que podemos considerar criticables. Nos referimos a los Siemens Xelibri (2003). Sus resultados fueron tan malos que en menos de dos años la empresa dijo que abandonaba el mercado. Desde un punto de vista de marketing, la campaña fue bastante agresiva y diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver en televisión.
El peor de todos era el Xelibri 3, un dispositivo que parecía una concha. Cuando se abría tenía un hueco en el centro, como si un hueco para una perla en un interior se tratase. La disposición de sus números era completamente atroz porque había que dar saltos de un punto a otro del smartphone.
El fracaso de este intento fue más que evidente. Sin embargo, no podemos olvidar que Siemens fue pionera en intentar lanza no solo un smartphone, sino una familia entera de enteras de unidades, un aspecto único en aquel momento.
Goldvish LE Million (2006)
Si te había sorprendido la familia de Siemens, Goldvish LE Million no se quedan atrás. Se trata de un dispositivo sin sentido en términos de diseño, ni de materiales de construcción y, muchísimo menos, en su precio, que en 2021 rondaba el millón de dólares.
Los materiales eran los más premium, incluyendo oro, diamantes y cualquier material que otorgarse estatus. Ahora bien, era un dispositivo horrible, cuya forma recordaba a un boomerang o cualquier cosa que no fuese un teléfono móvil. A día de hoy, sigue siendo el teléfono más caro de la historia.
Toshiba G450, 2009
Los últimos años de Toshiba han sido terribles desde un punto de vista de nuevos lanzamientos e ingresos, encontrándose así la compañía en una situación crítica. Sin embargo, los síntomas de agotamiento y pérdida de rumbo comenzaron algunos años antes, siendo 2009 un año para describir un cambio de paradigma en la empresa nipona.
Hay dos cosas que destacan principalmente en este producto: por un lado, su diseño, que parecía más un MP3 que un smartphone, con una pantalla circular muy pequeña con la que prácticamente no podías ver nada del contenido. La disposición de los números era otro sinsentido, con una disposición en dos círculos separados entre sí.
Lo peor de este dispositivo fue su lanzamiento, existiendo ya los smartphones y toda la revolución tecnología que se estaba produciendo en el mercado. Quizás, la gran ventaja de este dispositivo era la posibilidad de poder utilizarlo como Modem USB, que permitía conectar tu portátil a internet desde cualquier sitio. Al final, ni fue un móvil ni un módem, sino que fue un producto entre dos tierras que acabó siendo un fracaso.
A modo de conclusión, atrás quedaron ya los años donde empresas como Nokia, Sony e incluso lanzan productos revolucionarios. Ahora, las compañías calculan todos los nuevos productos porque, en un mundo donde cualquier innovación es tan cara, hay que reducir al mínimo el margen de error.