Tras la llegada de la aplicación oficial de ChatGPT en el iPhone, ahora tenemos dos vías para poder interactuar con el algoritmo de OpenAI. Por una parte, la app que se puede descargar en App Store. Por otra, la página web a la cual podemos acceder a través del navegador. Así que en este post comparamos ambas opciones, y vemos qué es lo que aportan.
La aplicación y la web cumplen con su cometido
Si hablamos de las funciones básicas de hablar con ChatGPT, en ambos casos vamos a tener el mismo tipo de interacciones y de respuestas. Por el momento, la aplicación ChatGPT no ofrece respuestas diferenciadas por parte del algoritmo. Pero sí que tiene un detalle que en la página web no tenemos, y es la posibilidad de transcribir nuestra voz a texto escrito.
Si accedemos a ChatGPT desde la web, podremos hablar a través de texto. Si bien, en la app podemos hacer lo mismo, también tenemos la posibilidad de dictar lo que queremos decirle, pero no en el teclado del iPhone. Sino en la propia interfaz de la app de ChatGPT. Es un detalle, pero sin embargo, no deja de ser una funcionalidad que está presente.
Los ajustes y configuraciones
En la página web de ChatGPT tenemos una serie de elementos básicos a los cuales podemos acceder. Por un lado, está todo el histórico de conversaciones que hemos mantenido con el algoritmo. Después, la posibilidad de iniciar un nuevo chat. Y por último, la posibilidad de suscribirnos a ChatGPT Plus.
Por su parte, la aplicación, además de ofrecer todo esto, nos permite llevar a cabo ciertos ajustes que nos pueden ser de utilidad. Siendo los más importantes, la posibilidad de pedirle a la app que no se guarden las conversaciones, e incluso, la posibilidad de eliminar nuestra cuenta de Open AI por completo. Más allá de eso, tenemos opciones disponibles en cuanto a los idiomas, si queremos tener una respuesta háptica en el iPhone y, de igual modo, la posibilidad de suscribirnos a ChatGPT Plus.
La experiencia de usuario
La aplicación nos ofrece una experiencia mucho más fluida y pulida, que no la página web. Para empezar, si queremos acceder a ChatGPT a través del navegador, tendremos que iniciar sesión cada vez que entremos. Ya sea con Google, Apple o directamente con OpenAI. Y este proceso es necesario llevarlo a cabo siempre.
En la aplicación, en cambio, no sucede esto. Una vez nos hemos registrado, nuestra información se guarda y, por lo tanto, el acceso se hace de un modo más rápido y ya podemos empezar a hablar directamente con ChatGPT una vez la aplicación está abierta.
En cuanto al uso de la interfaz, tenemos un funcionamiento mucho más tosco a través de la página web. Si bien la experiencia no es mala, en todo momento vamos a tener presentes las limitaciones, en cuanto a la fluidez, la propia estética o la distribución de los elementos. En la aplicación, en cambio, ya tenemos la sensación de interactuar con un «producto terminado y adaptado» a lo que es la pantalla del iPhone. Aún así, como decimos, más allá de la fluidez y la estética, la interacción con ChatGPT va a ser la misma, en ambos sitios.