Algunos productos de Apple nos han servido para facilitarnos (mucho) la vida. Otros, en cambio, al llegar a cierto momento, pueden hacer más bien todo lo contrario y pueden convertirse en una pesadilla. El HomePod de 1ª generación es un producto excelente. No obstante, ciertas características y limitaciones en algunos aspectos, hacen que se asemeje más a una “caja negra” donde no sabes que pasa, que no a un altavoz.
La pesadilla de la caja negra del HomePod
El HomePod es un producto muy bonito y estilizado. Es un altavoz que, además de destacar por su sonido, destaca por su diseño. Pues bien, el diseño del HomePod, además de ser uno de sus puntos fuertes, es también, su talón de Aquiles. Si has visto un HomePod de 1ª generación alguna vez, te habrás percatado de ciertos aspectos sobre su diseño:
- El cable de corriente está integrado con el altavoz.
- La ausencia de tornillos visibles, ¿Cómo lo desmontamos nosotros mismos?
- No se puede ver el interior, y no podemos conocer el estado de los componentes más esenciales, como los conos.
Estos tres factores de diseño a priori no parecen gran cosa, pero hay que tener en cuenta que el HomePod, a pesar de ser inteligente, es un altavoz que vamos a estar usando durante mucho tiempo. Comprobar el estado de algunos componentes como las bocinas (los conos por donde se emite el sonido), sería un punto muy a favor de cara al usuario, para poder saber cómo se encuentra el dispositivo.
Otro elemento, es el cable integrado. Algo que, ya en la nueva generación, Apple lo ha corregido. Ocurre un tirón, un desgaste del cable, etc. y tenemos un altavoz que funciona, pero por su cable queda inservible. Toca pasar por servicio técnico. Del mismo modo, que, si necesitamos desmontar cualquier componente que, en otros altavoces más convencionales, sería más fácil sustituir.
El servicio técnico para HomePod puede ser un problema
Hasta ahora hemos visto los principales problemas de diseño del HomePod. Pero esos problemas de diseño, no se quedan ahí y pueden provocar problemas más serios. Si queremos reparar nuestro HomePod, tendremos, sí o sí, que acudir al servicio técnico de Apple, que recordemos, tiene descontinuada la 1ª generación del HomePod. Ahora bien, la pesadilla empieza cuando hay que repararlo.
No sabemos cómo es por dentro (por nosotros mismos), no sabemos qué pieza falla, no podemos abrir el HomePod (de forma sencilla y sin dañarlo) para ver qué podría estar roto, y solo podemos acudir a un servicio técnico que ofrece un precio genérico bajo el concepto “Otros daños”, y que hasta que no se evalúe lo que le pasa, no tendremos un presupuesto real.
Ese presupuesto real puede que llegue a ser mucho más alto de los 279€ que Apple tiene como “coste estimado de la reparación”. Apple ha creado su propia “caja negra” alrededor de los daños que se pueden reparar, ya que en su página web oficial no se nos indican fallos más comunes, piezas más susceptibles o los precios de las propias piezas.
Incluso cuando la propia Apple ya está planeando un nuevo servicio de reparaciones oficiales más accesibles para los consumidores, para que podamos reparar nuestros productos en casa si queremos, del que fue el altavoz insignia de Apple, no tenemos a penas información de este tipo de forma oficial.