Apple suele tener una política de nombres un tanto especial. Al Black Friday lo llama “Días especiales de compras de Apple”. A lo que conocemos como “Hi-Res”, audio en alta resolución, Apple lo llama “Alta resolución sin pérdida” y a lo que otros llaman USB-C, Apple lo llama “Thunderbolt”. Pero ¿por qué llama Thunderbolt a un puerto que es USB tipo C? En este post te lo explicamos.
Thunderbolt es la última herencia de Intel que utiliza Apple
Aunque Thunderbolt pueda parecer un nombre acuñado por Apple, se trata de un nombre que acuñó Intel, para una tecnología óptica con la que transferir datos en alta velocidad. Y a pesar de que Intel fue el impulsor de Thunderbolt, en 2018 Intel liberó los cánones de esta conexión, por lo que ningún tercer fabricante que use esta tecnología, deberá pagar derechos por nombre y por uso a Intel.
Ahora bien, ¿USB tipo C es lo mismo que Thunderbolt? En esencia, no. El conector USB-C es la evolución del puerto físico de los USB, y se creó para unificar conectores de carga y de transferencia en cuantos más dispositivos posibles. USB-C es el puerto reversible, el que todos ya estamos acostumbrados a ver. Incluso en la gran mayoría de dispositivos Apple (excepto el iPhone) ya tenemos USB-C. Pero, aun así, Apple lo llama Thunderbolt.
Un puerto USB-C puede implementar la tecnología Thunderbolt. Pero la tecnología Thunderbolt no tiene por qué ser un puerto USB-C. El mejor ejemplo lo tenemos en los MacBook más antiguos. Antes de que incorporaran puertos USB-C, disponían de la tecnología Thunderbolt, a través de una conexión llamada “mini display port”. La cual, antes de la llegada del USB-C, estaba pensada para conectar accesorios y periféricos y dotarlos de un mayor rendimiento.
Los puertos USB-C de muchos equipos de Apple, además de contar con la propia tecnología reversible, son compatibles con altas velocidades de carga y de transferencia de información. Así pues, Thunderbolt 4, es la generación actual de la tecnología de Intel, la cual permite hasta 40 GB por segundo de transferencia y suma la capacidad de conexión con más dispositivos de forma simultánea.
La velocidad es la clave pero no el hardware
Por otro lado, Thunderbolt 2, “solo” admitía velocidades de hasta 20 GB por segundo de transferencia de datos. Y estamos hablando de estas velocidades para equipos comprendidos entre el 2012 y el 2015, los MacBook Pro que los incorporaban. Las velocidades de transferencia de USB 3.1 en USB A (de conexión tradicional), ofrecen hasta 10 GB por segundo de velocidad de transferencia.
Por lo tanto, Apple ha adoptado la siguiente postura: si todos los equipos que tienen USB-C, además cuentan con la tecnología Thunderbolt, los vamos a llamar a todos Thunderbolt. Esto era así hasta hace relativamente poco, y es que Apple, en algunos productos, empieza a distinguir entre Thunderbolt y USB-C. Por ejemplo, el iPad de décima generación ya incorpora USB-C, pero no es Thunderbolt. Así que Apple lo llama USB-C. O en el iMac de 24 pulgadas, el cual puede comprarse con dos o cuatro puertos. Dos de ellos son Thunderbolt. Dos de ellos, no. Y por tanto, hace la distinción.
Como hemos dicho, esta distinción de nombres es muy reciente. Los primeros MacBook Pro de 2016, los cuales solo contaban con conector USB-C, admitían altas velocidades de carga y de transferencia de datos. Lo mismo que el MacBook Air, los iPad Pro, el Apple Studio Display y así, un largo etcétera. Ahora que USB-C es un estándar impuesto por la UE, a Apple no lo queda más remedio que implementar el puerto en todos sus dispositivos. El puerto físico sí, pero lo de la velocidad ultrarrápida de transferencia de datos… Esto ya es harina de otro costal.