Durante los últimos meses, con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, hemos visto diferentes escenarios donde los aranceles van y vienen formando una guerra comercial que podría afectar a todos más de lo que creemos.
Esta subida de precios afectaría a todas las empresas americanas, las cuales, para vender sus productos, tendrían que aumentar el precio, al menos si quieren generar los mismos beneficios, siendo los clientes finales los perjudicados, aunque en ocasiones, es tanta la diferencia, que sería inviable.
¿Habrá un iPhone de 4.000 euros?
Y es que, lo peor de todo, no sería un modelo de iPhone de este precio, sino que no contaría con novedades que lo justifiquen, ya que hablamos de lo que conocemos hasta ahora, pero con mayores impuestos al consumidor, es decir, una subida de precio sin más.
Esto se debe a que se había planteado un arancel base del 10%, con incrementos que podían alcanzar hasta el 145% en ciertos productos importados. Este tipo de medidas impactaba de lleno en compañías como Apple, que fabrica la mayor parte de sus dispositivos en China. Es decir, el modelo más caro de iPhone podría llegar a superar los 4.000 euros, no por innovaciones o mejoras, como ya comentamos, sino simplemente por el aumento en los costes de importación.
Sin embargo, el 28 de mayo de 2025, el Tribunal de Comercio Internacional de EE. UU. anuló las tarifas comerciales impuestas por el expresidente Donald Trump bajo la llamada orden ejecutiva «Liberation Day». El tribunal determinó que Trump excedió su autoridad al utilizar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977 para justificar estas tarifas, argumentando que dicha ley no otorga al presidente poderes ilimitados para imponer aranceles.
Es decir, el propio Tribunal de su país no acepta que Trump haga lo que quiera, sabiendo que esto perjudicaría, y mucho, su propia economía, al menos a corto plazo, provocando, a su vez, esa guerra comercial que haría que los productos de otros continentes también se encareciesen para ellos.
Por tanto, actualmente todo sigue en el aire, y mientras el presidente sigue intentando aplicar sus medidas, el resto del mundo, incluido su país, espera impaciente a ver si son una simple amenaza y forma de negociación, o finalmente las impone, consiguiendo, como decíamos, que un iPhone pueda llegar a valer esa barbaridad, y reventando, en cierto modo, la economía mundial, ya que muy poca gente pagaría por ello, y sobre todo, como decíamos, por impuestos, y no por mejoras en el producto en sí.
Y tú, ¿crees que es todo algo pasajero, o que Trump tiene la capacidad de hacer esto y volver loca la economía? Parece que ni su propio país lo quiere permitir, por lo que todo apunta a que no veremos nunca un iPhone de ese precio, aunque seguro que la incertidumbre sigue durante semanas o meses, por lo que habrá que estar atentos a todo lo que diga, sobre todo antes de la salida del nuevo modelo, el cual podría cambiar los precios por miedo a esto.