La trayectoría de Apple está marcada por dos nombres, uno de ellos quizás con menor trascendencia, pero igual importancia. Nos estamos refiriendo a Steve Jobs y Steve Wozniak, dos de los tres fundadores de Apple que ya son historia de la compañía. Pero había un tercero llamado Ronald Wayne, el cual fue uno de los pilares de la compañía en sus inicios y sin embargo es el más desconocido.
Cómo y cuándo se fundó Apple
Corría el año 1976 y por aquel entonces los ordenadores no estaban ni la mitad de extendidos de lo que están ahora y ni tan siquiera se parecían en cuanto a funcionalidades. Eran productos tecnológicos más industriales que otra cosa y poco accesible para personas normales y corrientes. En este área fue dónde Steve Jobs encontró un nicho de mercado por explorar. Todo ello en base al invento que había hecho su amigo Steve Wozniak convirtiendo una serie de componentes electrónicos en casi una obra maestra de ingeniería, pudiendo convertir aquello en un ordenador personal.
No sé sabe aún al cien por cien si la leyenda de Apple comenzó realmente en el garaje de Steve Jobs, pero lo cierto es que pocos medios tenía por aquel entonces este cuando convenció a Wozniak de que aquel ordenador tenía que ser comercializado. Y de esta forma, sin una sede y sin haber realizado una gran inversión, estaba naciendo Apple Computer Inc.
Para la formalización de la empresa Jobs recurrió a Ronald Wayne, un ingeniero 20 años mayor que él con el que entabló una buena amistad al haber sido compañeros de trabajo en Atari. Aceptó poner dinero de su propio bolsillo y de esa forma se hizo con el 10% de acciones de la empresa. A efectos prácticos se convirtió en cierto modo en la ‘voz adulta’, tratando de guiar bien los primeros pasos empresariales de los inexpertos ‘Steves’. Fue quien se encargó de la parte administrativa, así como la creación del primer logo de la compañía y las instrucciones del Apple 1.
Ronald Wayne abandona Apple
Pocos imaginarían que hoy en día Apple se vea obligada a rogar a sus clientes que compren sus productos, pero los inicios no son fáciles y a la compañía le costó mucho conseguir sus primeros clientes. En un contexto tecnológico tan complicado, costaba mucho convencer a nadie de que el futuro pasaba por tener ordenadores en el hogar. Con guía telefónica en mano, Jobs era el encargado de llamar diariamente a decenas de particulares y empresas para ofrecerles el Apple 1.
En este clima de incertidumbre e impotencia de no estar consiguiendo los objetivos, Wayne se cansó. Había realizado un importante esfuerzo por ayudar a Jobs y Wozniak a lanzar Apple, pero no solo estaba perdiendo dinero y tiempo, sino que tampoco parecía prever que la situación fuese a cambiar. Con esa amarga sensación se dirigió a Jobs con una frase que en el 99% de las ocasiones viene precediendo a una mala noticia: «Tenemos que hablar».
Wayne argumentó los motivos de su marcha y poco después decidió vender sus acciones de Apple por una cantidad que todavía a día de hoy se desconoce con exactitud, pero que podrían rondar los 800 dólares. Esta es una cantidad con la que hoy en día no se podría comprar ni tan siquiera un ordenador de la compañía, pero que en aquella época eran cantidades mayores teniendo en cuenta los nulos ingresos que estaba generando la empresa.
Cabe destacar que esta marcha se produjo tan solo 12 días después de haber fundado Apple. Es evidente que es poco tiempo, pero para una persona con el estatus que por entonces tenía Ronald Wayne, fue bastante tiempo. Desde luego que debió ver muy negro el futuro de la compañía como para haber llegado a ese punto.
Evolución de Apple
El resto de lo ocurrido es historia y pese a que necesitaríamos bastantes más artículos para analizarla, podemos contar como la visión empresarial de Wayne estaba muy desencaminada. Y es que no pasó demasiado tiempo de su marcha para ver a Apple generar sus primeros ingresos.
Steve Jobs y Steve Wozniak empezaron a cosechar frutos de sus esfuerzos, consiguiendo vender un buen paquete de unidades del Apple 1. Se iba corriendo la voz de que había una pequeña empresa dedicada a vender ordenadores personales, lo que junto a la intensa campaña de promoción telefónica y presencia en actos del sector, hizo que Apple empezase a despuntar.
En poco tiempo Apple ya tenía incluso empleados propios que ayudaban a Wozniak a montar y sellar las placas de los ordenadores. Todo fue avanzando hasta que en 1980, solo cuatro años después de su fundación, la compañía ya estaba cotizando en bolsa. Y además esto último no fue de cualquier forma, sino que se convirtió en la empresa que entraba con más capital desde que lo hiciera Ford en 1956.
Evidentemente Apple era ya una empresa grande y que empezaba a rivalizar fuertemente con Microsoft. El resto ya lo conocemos y es que a día de hoy es una de las empresas más valiosas del mundo y que genera millones de dólares al año. Incluso en 2018 llegó a ser la primera empresa de Wall Street en cotizar billones de dólares.
¿Dónde está Ronald Wayne en la actualidad?
Poco o nada se sabe acerca de Ronald Wayne en la actualidad. Desconocemos si siguió de alguna forma en contacto con su amigo Steve Jobs, aunque existen algunas informaciones en las que se afirma que el genio de sueter y vaqueros cortó por completo su relación tras sentirse traicionado por él. En cualquier caso, nunca más se le vio vinculado a Apple y en rara ocasión ha hecho declaraciones a los medios al respecto.
Las pocas veces que ha soltado prenda, ha dejado caer que no se arrepiente de haber dejado Apple. Todo ello teniendo en cuenta que la cantidad por la que vendió sus acciones es hoy en día ridícula y cuyo valor podría haber aumentado considerablemente si tan solo hubiese esperado unos pocos años más. De hecho sin tener en cuenta las cantidades actuales, fijándonos solo en el año en el que Apple salió a bolsa, las acciones de Wayne habrían tenido un valor de 6.000 millones de dólares. No sabemos si las palabras de Wayne fueron sinceras o no, pero cualquiera se hubiera planteado si fue una decisión acertada o no. En cualquier caso, hay que reconocer que es mucho más fácil hablar ahora con la perspectiva del tiempo.
De esta forma Ronald Wayne pasó a la historia de Apple con más pena que gloria, dejando tan solo un primer logotipo que fue desechado al poco tiempo de marcharse por tratarse de una imagen compleja y que poca relación tiene con el minimalismo que ha caracterizado de siempre a Apple. En cualquier caso, pese a todo, no podemos olvidarnos que él estuvo ahí en los inicios y por tanto tiene también un valor y reconocimiento destacado para que hoy Apple pueda ser lo que es.