Dirigir una empresa es normalmente más difícil que contratar a una serie de ingenieros, y hay muchos factores que pueden provocar que una empresa sea un éxito total o un fracaso absoluto. Una de las primeras dificultades a las que se enfrenta un directivo es encontrar un equipo de trabajo sincronizado y que pueda trabajar de forma cohesionada. Sin embargo, una de las cosas más complicadas es saber cuándo dar el carpetazo a un proyecto, y este es uno de los grandes logros de Jobs: ser una eminencia en el mundo de la dirección de empresas. Ahora bien, la obra de Jobs está llena de fracasos, y hoy vamos a ver uno de los más grandes de su vida: Next. Bienvenido a una de las etapas más oscuras del genio de Cupertino.
La unión de los dos Steve
La historia de Steve Jobs empieza con la colaboración junto con Steve Wozniak, cuando empezaron a crear los ordenadores personales. Wozniak en estos momentos trabajaba para HP y, después de rechazar cinco veces su proyecto, a Jobs le pareció muy interesante y decidió apostar por él.
Como resultado, en los años 80 Apple era una empresa que crecía de forma exponencial, sobre todo tras el lanzamiento de Apple II, que provocó que la compañía dominase la primera era de los ordenadores personales.
La corporación, viendo su crecimiento, decidió dar un paso más y contrató el Apple III con una gran inversión y contratación de numerosos ingenieros. En este proyecto se contó con el peso de numerosas mentes, y todas ellas pusieron su granito de arena. ¿Problema? No era un producto de ambos fundadores, sino que era un equipo de Steve, que tenía claro que lo prioritario era el diseño. ¿Qué hubiera pasado si el equipo hubiera sido de Wozniak? Quizás habría sido una historia muy diferente.
Una dirección equivocada
Habían pasado de ser pequeños fundadores a ser grandes empresarios y ejecutivos ricos, lo que provocó enfrentamientos constantes entre ellos. Wozniak decía que sus portátiles debían ser abiertos y que los usuarios pudieran trabajar con ellos de la forma que quisieran, mientras que Jobs defendía todo lo contrario: equipos cerrados y controlados por la entidad a cambio de ofrecer lo mejor.
Estaba claro que la Apple de los 80 comenzaba a pasarle factura a Steve Jobs. ¿La solución? Contratar un CEO. El elegido fue John Sculley, anterior director de Pepsi-Co.
¿Problema? Una visión completamente diferente y expulsión del CEO que ellos mismos habían colocado ahí. Sin embargo, como puedes imaginar y ya conocerás, cuando Steve iba con la idea de echar a Sculley, se encontró con que el equipo directivo había tomado la decisión opuesta: echarlo a él.
El camino solitario de Steve Jobs
Antes de irse de Apple, Steve Jobs empezó a trabajar en un proyecto secreto que cubriera la línea entre los ordenadores universitarios de miles de dólares y los ordenadores personales básicos. El nombre era ‘Big Mac’. Un ordenador en miniatura pero muy potente. Para ello, Jobs se llevó consigo a cinco empleados de la compañía y los directivos se quedaron con la boca abierta cuando se vieron sin lo mejorcito que tenía la compañía, que en aquellos momentos estaba pasando por una situación compleja.
Por ello, Apple vendió el 10.9% de las acciones que tenía de la compañía, por un valor de 100 millones de dólares. La nueva empresa de Jobs fue Next.
Next: la nueva empresa
Con un logo icónico y cinco de los mejores empleados de la compañía que él mismo fundó, comenzó a contratar a ingenieros para desarrollar los ordenadores. La idea era muy sencilla: un ordenador cuyos lados fueran todos iguales y con ángulos rectos de 90 grados.
En aquellos momentos, los primeros equipos tenían que ser funcionales y luego se buscaba el diseño. En cambio, Jobs decía que el producto tenía que ser un arte y, por tanto, tuvo que realizar muchos cambios y nuevos conceptos para poder diseñar el producto acorde a las necesidades y visiones de Steve.
Todo lo relacionado con su nueva empresa fue bajo su idea y visión, modificando incluso las fábricas de producción de los equipos. Estas ideas antes las quiso implementar en Apple. Sin embargo, ahora no tenía a nadie que le parase los pies porque la empresa era suya.
¿Qué problema tenía Jobs ahora? Tenía una empresa muy bonita, un logo muy bonito, pero no tenía ningún producto y nadie quería invertir en ella. Encontró a varios inversores y, sobre todo, volvió a contactar con Bill Gates para su nueva empresa.
Cuando Gates vio el producto de Next, su respuesta fue tajante: esta máquina es una basura. No tiene sentido desarrollar aplicaciones para este equipo.
A finales de 1988 llegó el día del lanzamiento de Next, siendo una de las presentaciones más dramáticas que se recuerdan. Su precio: 6.500 euros.
Más allá de su precio, los problemas que se encontraba Next es que no había software para su equipo, ya que, en un momento en el que todo se estaba liberalizando, Steve buscaba todo lo contrario, es decir, un ecosistema cerrado, por lo que tenía un producto caro para el que nadie quería desarrollar sus apps.
Unos tres años más tarde, la situación era insostenible y Jobs tuvo que ceder.
Paralelamente, la situación en Apple era terrible, ya que desde la salida de Jobs la empresa no paraba de caer, frente a un gran Microsoft dominando el mercado.
Poco a poco, las ideas que fue incluyendo Jobs en Macintosh fueron dando sus frutos, porque añadió algunas herramientas de edición centradas en diseño gráfico. En este sentido, Apple era el rey.
En 1996, solo había un 4% de usuarios en todo el mundo que tenían un Mac. El nuevo CEO, Gil Amelio, volvió a contar con Steve Jobs y la compra de Next.
Job le pidió a Gil Amelio que volviese a Apple. Jobs, después de fracasar en Next, quería volver a la compañía que lo había echado, porque no tenía ningún objetivo en la vida. Apple estaba en clara bancarrota, Next estaba fuera del mercado y Jobs quería volver a resucitar la empresa que lo llevó a la fama.
Steve entró con un puesto de directivo en la empresa y, un poco más tarde, consiguió expulsar a Amelio y a todos los directivos, convirtiéndose en el CEO único y omnipotente de la compañía.
El resto ya es historia.
El éxito de Steve
El éxito de Steve se debe a que era una persona que pensaba y era completamente distinta a los demás, con ideas fuertemente contrarias y suficientemente obstinado para llevarlas adelante. ¿Acaso no son así todos los empresarios de éxito?