Si quieres saber cómo comprimir archivos en iPhone o en iPad, en este artículo vamos a hacer un repaso a este procedimiento. Varias son las circunstancias en las que necesitamos reducir el peso de diferentes archivos. Ya sea que queremos que ocupen menos en la memoria local del dispositivo, o que necesitemos que estos sean más livianos a la hora de compartirlos, independientemente del medio que elijamos. ¿Quieres saber cómo comprimir ficheros? Lo vemos en los siguientes apartados.
Ya sea en un iPhone o en un iPad, comprimir archivos es un proceso sencillo y útil para reducir el tamaño de imágenes, documentos o archivos de audio. Esto facilita su transferencia entre dispositivos, especialmente cuando enviamos contenido por correo electrónico y queremos asegurarnos de que llegue sin problemas.
Existen diferentes métodos para comprimir archivos en dispositivos Apple. Tanto el iPhone como el iPad ofrecen opciones integradas en su software para realizar esta tarea, además de la posibilidad de utilizar aplicaciones especializadas. ¿Prefieres usar las herramientas nativas del sistema o descargar apps externas? En los siguientes apartados exploraremos todas las opciones disponibles para lograrlo.
Las diferentes formas de compresión nativas
Hay que tener en cuenta que de manera nativa existen diferentes formas para poder hacer la compresión. En este caso se puede optar por hacerlo de manera individual con un archivo, ya sea imagen o documento en general. Pero si tienes muchos documentos, también vas a poder tener la posibilidad de realizar de manera conjunta
Comprimir un único archivo en iPhone o iPad
En Archivos podemos comprimir un único documento o imagen que tiene un elevado peso para que sea mucho más fácil a la hora de compartirlo. Simplemente, debemos de irnos a la aplicación de Archivos tanto en iPhone o iPad y seguir los siguientes pasos:
- Busca el archivo o la carpeta que quieres comprimir.
- Realiza una pulsación alargada sobre este archivo o carpeta.
- En el menú desplegable que nos emerge, pulsaremos al final donde dice ‘Comprimir’.
Una vez hemos seguido estos pasos, se generará un archivo comprimido que estará en la misma ubicación. Esto creemos que puede ser algo a mejorar, ya que creemos estaría bastante bien si preguntan la ubicación del nuevo archivo comprimido cuando se vaya a generar. Esto es algo que podemos tener tanto en Windows o en macOS y creemos que puede ser interesante que incluyan en futuras actualizaciones de iOS y iPadOS.
Comprimir varios archivos
Si, por el contrario, necesitas comprimir varios documentos o imágenes, puedes realizarlo también de una manera relativamente sencilla. Simplemente, se deben de seguir los siguientes pasos:
- Entra en la aplicación Archivos en tu iPhone o iPad y localiza los documentos que quieres comprimir.
- Deberás de seleccionar todos estos documentos tocando previamente en la esquina superior derecha donde dice ‘seleccionar’. Una vez se ha pulsado podremos seleccionar cada uno de los archivos que queremos comprimir.
- Toca en los tres puntos suspensivos que encontramos en la esquina inferior derecha.
- Pulsa en la opción ‘Comprimir’.
Como ocurre en el caso anterior, el nuevo archivo comprimido que se genera quedará almacenado en la misma ubicación. De este modo podremos ir a por ejemplo nuestro gestor de correo electrónico y cuando queramos elegir un archivo deberemos de desplazarnos a Archivos y buscar en la misma carpeta donde hemos hecho este proceso de comprimir. Es importante en este caso también nombrar de manera correcta el archivo .zip. Esto se debe básicamente porque siempre se cuenta con un nombre que es bastante genérico y que agrupa todos los documentos que se han comprimido.
La alternativa online para iPhone e iPad
La aplicación que nos referimos se denomina Squoosh, la cual es una aplicación gratuita que permite determinar fácilmente el peso que tienen nuestras imágenes sin perder calidad con el objetivo de poder presentarla en determinados ponencias o como portfolio. El proceso es sumamente sencillo e incluso puedes añadir una extensión en Google Chrome. Indicamos los pasos a continuación:
- Coges una imagen y la subes a la página de Squoosh.
- Ves que la imagen se divide en dos y ves que el tamaño original y el peso que puedes determinar en la imagen. Podemos fijarnos si la calidad que hemos determinado afecta a la calidad de la imagen.
- Determinado el valor, pulsas en descargas u guardas en la imagen donde estimes oportuno.
- El proceso estaría completado.
Continuando con las alternativas para reducir el espacio de nuestras fotografías en el iPhone, tenemos que destacar dos de las mejores aplicaciones gratuitas que hay para ello como con Google Drive y Drop box, ambas con planes gratuitos.
En Google Drive, vamos a ver como podemos hacerlo.
- En tu dispositivo móvil, abre la aplicación Google Fotos.
- Inicia sesión en tu cuenta de Google.
- En la parte inferior, toca Fotos.
- Selecciona fotos o vídeos para incluir en el álbum.
- En la parte superior, toca «+».
- Toca Álbum compartido.
- Introduce un nombre para el álbum. Cuando hayas completado el álbum, toca Compartir.
- Selecciona con quién quieres compartir el álbum.
Como hemos comentado anteriormente, Drop Box es otra gran alternativa al almacenamiento en la nube a iCloud y a Google Drive. Los pasos son los siguientes:
- En la App drop Box copias un enlace de las fotos que quieras compartir, y genera un enlace.
- Luego, tienes que irte a tu aplicación de referencia para enviar correos, añadir el destinatario y pegar el enlace.
- Correos electrónicos a través de Dropbox: Envía una invitación por correo electrónico desde tu cuenta de Dropbox.
- Por último, también puedes crear carpetas compartidas. Invita a otros a subir archivos a tu carpeta para tener una ubicación central que contenga todas las imágenes y archivos con tus familiares y amigos. Además, puedes determinar quien puede actuar de forma activa en fotos.
Qué archivos se pueden comprimir en iPhone
Una de las principales preguntas al comprimir archivos es: ¿qué se puede comprimir? Al igual que otros sistemas operativos, Apple permite comprimir prácticamente cualquier tipo de archivo. Esta técnica es muy utilizada, especialmente por programadores, para reducir el tamaño de los recursos que necesitan enviar a otros.
En general, puedes comprimir casi todo lo que tengas en tu dispositivo. Archivos como documentos PDF o editables, como Word, son buenos ejemplos, además de archivos multimedia como vídeos e imágenes. Al comprimir, no solo optimizas el espacio en tu dispositivo, sino que facilitas el envío de estos archivos. Sin embargo, una limitación a tener en cuenta es que solo se pueden comprimir los archivos que estén en el gestor de archivos, no los que se encuentran almacenados en la fototeca, lo cual puede resultar un inconveniente en algunos casos.
¿Se pierde calidad al comprimir?
Otra pregunta común es si la compresión afecta la calidad de los archivos. Al comprimir una imagen, es lógico pensar que algo debe ocurrir para que su tamaño se reduzca. No es un proceso mágico que hace que un archivo pese menos sin algún tipo de cambio. La calidad suele ser lo primero que preocupa, ya que siempre se busca mantener la mejor resolución posible en imágenes y vídeos. Por eso, puede no resultar atractivo comprimir estos archivos si consecuencia de ello hay una importante pérdida de calidad.
Sin embargo, la realidad es que los archivos multimedia no tienen por qué perder calidad al ser comprimidos. Existen algoritmos de compresión que reducen el tamaño del archivo sin alterar su contenido. Al descomprimirlo, se restaura el archivo original con su peso y características intactas. Por lo tanto, no deberías experimentar problemas de calidad al comprimir en un iPhone o iPad.
Lo mismo ocurre al redimensionar imágenes, otra situación que genera preocupación por la posible pérdida de calidad, algo especialmente negativo en el ámbito del diseño gráfico. En el caso de redimensionar imágenes en iPhone o iPad, hay mecanismos que permiten mantener tanto el peso como la calidad de los archivos.
Cuidado con estas dos situaciones
Es cierto que si comprimimos un fichero, cuando este vuelve a su estado habitual, no pierde calidad. No obstante, no es lo mismo llevar a cabo este proceso, que aplicar un cambio de formato, para reducir el tamaño general del archivo.
Un ejemplo práctico es, por ejemplo, cuando pasamos una canción de formato FLAC a formato MP3. O pasamos un vídeo en calidad MKV (sin compresión) a MP4. En este tipo de situaciones, estamos cambiando el formato de fichero, y pasamos a un sistema en el cual, por definición, vamos a tener compresión con una pérdida de datos asociada.
De esta manera, los archivos reducen su peso ya que se quita información del contenido, haciendo que sólo quede lo imprescindible para que este se pueda abrir y visualizar / escuchar. Eso sí, automáticamente ya estamos asumiendo que la riqueza y los matices se van a perder. A continuación vamos a ver las diferentes maneras nativas que Apple nos proporciona para reducir el peso de los archivos.
Y tú, ¿qué opinas al respecto de este método? ¿Has tenido que comprimir alguna vez archivos para enviarlos?