Cuando llevé mi iPhone XR al servicio técnico de K-tuin, la razón era simple y concisa: Utilizo el teléfono para trabajar y un 80% de salud de la batería ya no era algo rentable en mi día a día. Cargar constantemente el teléfono ya no me salía a cuenta. No obstante, más allá de lo que dura ahora mi iPhone sin tener que cargarlo, he ganado en un aspecto en el que no me había puesto a pensar. Además, te voy a contar lo que me ocurría, y al final he descubierto que era cosa de la batería.
La batería del iPhone es un componente que sufre estrés. Cada vez que llega a niveles muy bajos, o bien se recarga de forma constante, las celdas internas tienen que hacer un sobreesfuerzo. Pero no era consciente de que yo mismo estuviera notando ese sobreesfuerzo. Además de que mi teléfono duraba poco si no tenía un enchufe cerca, a medida que han ido pasando las semanas, me he dado cuenta de otra cosa que es muy importante.
El calentamiento del dispositivo ya no es lo que era
Aunque parezca cosa menor, desde que he cambiado la batería, puedo notar que mi teléfono ya no se calienta, ni por asomo, como lo hacía antes. En muchos aspectos, mi teléfono ha obtenido un beneficio colateral.
Una videollamada larga, con la pantalla encendida y con el brillo alto. Tener varias aplicaciones que funcionan en segundo plano, mientras tengo otra abierta y que estoy usando de forma activa. La carga inalámbrica del dispositivo. Tener el iPhone conectado de forma inalámbrica por Bluetooth, a la par que lo estoy usando y cargando a la vez. Todas estas situaciones, comunes en mi día a día, hacían que el teléfono se calentara en cuestión de minutos.
Al tener una batería que ha estado a punto de cumplir 5 años, y que se había degradado un 20%, esta ya se había estresado lo suficiente. A más estrés, más trabajo interno. A más trabajo, más calor emitía el iPhone. Y sin embargo con la batería nueva de fábrica (y oficial), no cuenta con los mismos niveles de estrés y desgaste que la anterior. Por lo que, el realizar la misma acción ya es mucho más sencillo y liviano.
Los efectos del calor interno en mi iPhone XR
Pero, más allá de que el dispositivo se calentara, ¿Cuáles son los riesgos de tanta temperatura? Para empezar, se inicia un círculo vicioso: A más temperatura, también se genera más desgaste. Por lo que, antes de evitar una degradación mayor, cortar por lo sano y reemplazar la pieza me ha ahorrado el tener mi iPhone enchufado durante más tiempo (aún si cabe).
Los problemas que ya me estoy ahorrando
En términos de usabilidad, cuando el teléfono se calentaba, notaba cómo se empezaban a ralentizar ciertas funciones. Botones que respondían con mucho más retraso de lo habitual, la multitarea era muy pesada, o en el peor de los casos, que la pantalla se quedaba bloqueada y por mucho que pulsara el botón de desbloqueo, se quedaba en ese estado durante unos segundos.
Pero, sin duda alguna, lo que más me fastidiaba era que si el teléfono estaba muy caliente, el brillo máximo de la pantalla se atenuaba. Y hasta que la temperatura del dispositivo no se rebajaba, el brillo quedaba bajo y no se podía aumentar, a pesar de que el regulador en el Centro de Control estuviera al máximo.
Puede que tú te estés encontrando con situaciones similares a las que me encontré yo en su día. Así que si tienes un iPhone con la batería desgastada, invertir en un componente oficial, a pesar de que tenga unos años, va a ser un salto de calidad realmente significativo.