Hace un año, Apple ya había dado la primera información acerca de los procesadores ARM Apple Silicon. Fue en el marco de la WWDC 2020 y serviría como antesala de los primeros ordenadores con el chip M1 lanzados a finales de año y a los que seguiría el iMac de 24 pulgadas e incluso el iPad Pro de este año. Sin embargo las grandes dudas venían derivadas de la compatibilidad de aplicaciones y casi un año después podemos estar muy satisfechos. Las últimas en incorporarse a esa arquitectura ARM son dos de las más populares en sus respectivos nichos.
Notability y FileMaker, ya compatibles con chips M1
Si buscas entre las mejores apps de notas para iPad, casi siempre verás Notability entre las opciones. Y es que más allá de tener funciones muy interesantes en las tablet, se valora muy positivamente por su plena integración con los ordenadores Mac. Y hoy precisamente podemos decir que ha dado un paso más allá en ello, dado que sus desarrolladores han lanzado en estas últimas horas una actualización que hace que sea plenamente compatible con los chips M1 y con todos los que vengan a partir de ahora a los Mac con esa arquitectura ARM.
Lo mismo sucede con FileMaker, una aplicación que pertenece a una de las filiales de Apple y que ofrece interesantes herramientas de bases de datos. Y, por sorprendente que parezca por ser una app que en cierto modo pertenece a Apple, no había sido optimizada a los nuevos chips hasta estos días. Por tanto su anuncio también es igual de relevante que el anterior y los usuarios que ya la estuviesen usando en los Mac M1 podrán disfrutar de una experiencia mucho más completa.
Y es que hay que decir que ambas aplicaciones funcionaban hasta ahora mediante Rosetta 2, el traductor de código integrado en los Mac con chip M1 y que actúa en segundo plano con el fin de poder ejecutar aplicaciones que todavía no corren arquitectura ARM y siguen anclados a su funcionamiento en Intel. Si bien es cierto que este traductor hace muy bien sus funciones y a veces no se nota apenas la diferencia con las nativas, son muchas las ventajas que se obtienen cuando los programas ya son nativos y pueden exprimir al máximo el rendimiento del chip.
Una transición que se acelera cada vez más
Remontándonos a aquella WWDC del pasado año, Apple anunciaba a sus desarrolladores la posibilidad de adquirir un Mac mini con chip A12Z para que pudiesen comenzar a optimizar sus aplicaciones de Mac a la nueva arquitectura. Ya con los primeros Mac mini, MacBook Air y MacBook Pro con M1 esto se hizo innecesario para muchos. Es evidente que un asunto tan complejo a nivel de programación impide que desde el inicio todas las aplicaciones funcionen de forma nativa en el ARM, pero lo cierto es que a día de hoy podemos catalogar como un éxito esta transición.
Pese a que todavía no ha terminado (Apple la dató de 2 años aproximadamente), los desarrolladores se están dando mucha prisa y las herramientas más populares funcionan ya en los procesadores ARM de Apple. Y las que no lo hacen se nutren bien de lo que ofrece Rosetta. Es cierto que la compañía todavía no puede dar por cerrado este periodo y prueba de ello es que todavía falta que el Mac Pro, su equipo más potente, dejé atrás Intel y ofrezca ya versiones con Apple Silicon, pero todo pinta muy bien.
Otro tema será la compatibilidad con Windows y es que Microsoft se resiste a hacer su sistema operativo plenamente compatible con ARM y de forma universal (actualmente solo se lo comercializa a los OEM). Está en manos de ellos conseguir esto y que pueda utilizarse BootCamp para instalar Windows en una partición de los Mac ARM, prueba de ello es que Apple sigue incluyendo este asistente en sus ordenadores. Por el momento hay que conformarse con aplicaciones para virtualizar Windows en Mac como es Parallels, quien ya funciona de forma nativa en estos chips M1. La buena noticia en este caso es que hay otros fabricantes de procesadores que también están haciendo presión a la compañía dirigida por Satya Nadella.