La semana pasada hicimos una de las pruebas más surrealistas que hemos hecho desde que trabajamos en este portal de tecnología: pasar 72 h con nuestro iPhone 8. La pregunta que nos planteamos fue la siguiente: ¿realmente en 2024 es viable seguir utilizando este dispositivo? Vamos a analizarlo a continuación.
¿Cuáles serán las ventajas? ¿Cuáles serán las desventajas? ¿Cuántas horas de pantalla activa tendremos con esta unidad? ¿Notaremos mucho la diferencia con respecto a nuestro iPhone 15 Pro Max de color titanio blanco? Lo analizamos a continuación.
La batería
Uno de los apartados fundamentales que analizamos cuando decidimos realizar una prueba es saber el estado en el que se encontraba la batería. La verdad es que se encontraba en una situación bastante precaria, con un 80% de su capacidad. Estamos acostumbrados a que el 15 Pro Max nos dé unas 10-11h de pantalla activa, y no creemos que este dispositivo llegue a las 5-6h a lo sumo. De todas formas, más adelante os comentaremos los resultados finales.
De hecho, a las 9 de la mañana lo quitamos del cargador y a las 18:30h ya tenía la batería al 1%, lo que quiere decir que puede ofrecer unas 5h de pantalla de autonomía, pero solo 1,40h de pantalla activa.
Descarga de aplicaciones
Lo primero que hicimos mientras cargaba el teléfono fue descargar las aplicaciones que sabíamos que íbamos a utilizar sí o sí en el momento en que la batería llegase al 100%. En concreto, descargamos aplicaciones como WhatsApp, Uber, Google Maps y la aplicación bancaria de BBVA.
Luego realizamos un paseo y pusimos la ubicación de El Corte Inglés para ver cuánta autonomía podía consumir. Tras una hora de paseo, la autonomía había bajado del 100% al 73%. Luego, cuando nos pusimos a trabajar y entramos en clases online, dejamos el teléfono al lado, por lo que la batería se redujo bastante.
Rendimiento en cámara y vídeo
Uno de los puntos en los que pensábamos que habría menos cambios sería en la cámara, ya que la cámara del iPhone X y la cámara del iPhone 15 en determinados escenarios ofrecían unos resultados parecidos para una diferencia de cinco años. Esta situación también se ve repetida con el iPhone 8, ya que la cámara no ha sufrido tantos cambios como pensábamos, siendo una cámara perfectamente viable para grabar y consumir contenido de forma esporádica.
Problemas: Apple Watch y notificaciones
El primer problema y el más evidente de todos es que, si tenemos un Apple Watch Series 9, este no es compatible con el iPhone 8 porque no puede actualizar a iOS 17. Por tanto, si queremos utilizar el smartphone, el smartwatch no funciona.
El segundo problema que notamos fueron las notificaciones, ya que desde el primer momento los avisos no llegaban de forma similar a como ocurre en nuestro 15 Pro Max. Ahora bien, hemos notado que las notificaciones de algunas apps, como Uber Eats o Spark, llegan con cierto retraso sin ningún motivo aparente.
Un tercer problema fueron los altavoces, ya que, con el paso de los años, el audio de las llamadas va perdiendo prestaciones y, por tanto, la octava generación también los sufre. Es curioso porque la música suena bien, pero los altavoces de las llamadas están completamente obstruidos.
Conclusión
Evidentemente, no podemos recomendar este dispositivo como una opción para 2024, a no ser que lo quieras utilizar como un dispositivo secundario, para escuchar música o podcast. En este sentido, podríamos utilizarlo más bien como un iPod.
Evidentemente, hemos encontrado alguna que otra ventaja en el iPhone, ya que no podemos catalogar esta unidad como un desastre. En concreto, nos referimos a su diseño, especialmente en la parte trasera, con ese toque acabado de cristal que si bien es cierto que es muy sensible y se rompe con suma facilidad es, sin lugar a dudas, uno de los diseños más bonitos que podemos encontrar en los últimos años.
Junto a ello, tenemos que destacar su tamaño compacto, ya que por primera vez, tenía la sensación de que no tenía una “piedra” en el bolsillo. Es cierto que es un diseño que ya no se lleva, pero un smartphone 4.7 en aquel momento era el tamaño ideal.
Ahora bien, lo que sí hemos notado más deficiente es el procesador, ya que en muchas ocasiones se quedaba atascado o la fluidez no era del todo perfecta. Esto también ocurría con el iPhone X, lo que determina que los años le han sentado igual de bien/mal a las dos unidades. Se nota que la RAM de este dispositivo es muy pequeña y, cuando tenemos varias aplicaciones abiertas, cae tanto en prestaciones como en autonomía, además de que experimenta un aumento de la temperatura del terminal.
¿Tienes un iPhone de varios años? Cuéntanos tu experiencia.