El iMac ha sido renovado. Y, si bien, no se trata de un cambio radical como sí pudimos ver hace dos años, Apple ha traído de vuelta al ordenador de escritorio que les elevó a la máxima popularidad. A pesar de ser una renovación «en sus tripas», es un equipo que me entusiasma ver renovado. Y en este post te voy a explicar por qué.
Cuando Apple presentó sus nuevos iMac con procesador M3, lo cierto es que una parte de mi esperaba algún que otro cambio adicional, más allá de lo que ha supuesto la renovación de los chips. Sin embargo, al volver de nuevo el diseño (ya) icónico, pero renovado del 2021 y con más potencia, estuve reflexionando sobre el papel que tiene este equipo, en la línea de ordenadores de Apple. Y puedo confirmar que es un dispositivo que me encanta.
Simplicidad a la orden del día
Lo sacas de la caja, lo enchufas a la corriente y pulsas un botón. Después de la configuración inicial, ya tenemos un iMac funcionando. Cuando ya llevamos un tiempo usándolo, tenemos un escritorio en el cual, el ordenador ocupa un espacio reducido. Pero, sin embargo, es el punto de atención de todas las miradas.
Aunque para muchos de nosotros ya sea algo común, estamos hablando de un ordenador de escritorio que tiene una pantalla de 24 pulgadas, con una resolución espectacular, y que es más fino que el iPhone original. Y sólo lleva un cable para funcionar, ya que tanto el teclado como el ratón funcionan sin cables.
Ver este concepto de diseño otro año más, teniendo en cuenta el «re-styling» que tuvo en 2021, me inspira confianza como consumidor de cara a la compañía, ya que queda patente que desde Apple confían tanto en sus diseños, y a su vez, estos son tan atemporales, que no es un imperativo el tenerlos que renovar por completo cada año, cada dos, o cada tres. La esencia de lo que consiguieron crear en su día, se mantiene.
Esto no es un iMac. Es un iMac Pro disfrazado.
¿Por qué voy de primeras con este titular? Dos palabras: Apple M3 (si es que consideramos M3 como una palabra, por supuesto). La potencia que estos procesadores son capaces de ofrecer es increíble, incluso si ya estamos hablando del modelo de entrada.
Un ordenador «para toda la familia», el cual cuenta con caché dinámico y trazado de rayos. ¿Que es posible que muchos de nosotros no lo acabemos necesitando? Seguramente. Sin embargo, esto está en un ordenador pensado para un uso «generalista». ¿Qué no va a ser capaz de hacer?
Me veo a mi mismo utilizando este ordenador, junto con los programas que tengo. ¿Affinity Photo? Sin problemas. ¿GarageBand? Por supuesto. ¿Final Cut? ¡Cómo debe ser editar con un M3, cuando yo tengo un i7! Y manteniendo una conexión fluida con mi iPhone, sincronización de iCloud, Apple Music y demás cosas mundanas que todo ser humano requiere cuando cierra la redacción, como es mi caso.
Por ello, si bien los MacBook Pro me parecen una auténtica pasada, y son ordenadores que recomendaría ciegamente a mis mejores amistades, en tema de escritorio, creo que el Mac mini necesita darle un sorpasso. O no, si Apple quiere que siga teniendo interés en este equipo.