Ha llovido mucho desde el lanzamiento del iPhone X al mercado allá por noviembre de 2017. Probablemente el iPhone más disruptivo de la historia tras el primero, trayendo consigo un diseño que fue totalmente renovado y unas especificaciones que por entonces estaban a la última. Pero, ¿cómo le ha sentado el paso del tiempo a este terminal? ¿Hay tanta diferencia con los dispositivos más recientes?
Lo mejor del iPhone X, todavía en estos tiempos
Aunque 4 años en la industria tecnológica podrían ser suficientes para considerar que un aparato se ha quedado obsoleto, no es el caso de este dispositivo móvil. El iPhone X sigue siendo a día de hoy un teléfono plenamente funcional en muchas áreas. Comenzando por uno de los apartados más importantes como es el terreno estético y es que su diseño no queda tan atrás de los nuevos.
Tanto su factor forma como materiales de construcción, pantalla OLED e incluso el tan polémico notch lo mantienen con un aire moderno. Y es que si comparas el iPhone X con el iPhone 13, pese a haber diferencias más que evidentes, no es realmente un cambio tan grande como para considerar que este primero se ha quedado desfasado.
Tampoco en rendimiento se queda atrás. Y sí, es más lento que los más recientes como es lógico, pero no es tampoco esta una diferencia exagerada. El dispositivo abre rápido las apps, va fluido en la navegación por el sistema y ejecuta tareas de todo tipo sin dificultad. De hecho es esto lo que le permitirá seguir actualizándose durante algunos años más.
Lo menos bueno cuatro años después
Nos sabe mal poner el apartado de las cámaras junto a los aspectos más negativos, ya que sigue siendo este un móvil más que apto para obtener excelentes resultados fotográficos y de vídeo. Sin embargo, en la comparativa de cámaras del iPhone X y iPhone 13 si que nos encontramos con que al final este primero se queda más atrás.
Modalidades como el Modo Noche, Deep Fusion o el espectacular Modo Cine para vídeo son carencias que tiene el iPhone X por ser funciones implementadas más tarde. Por tanto, pese a no rendir mal en estos apartados, son elementos que se echan en falta y por los que quizás los más exigentes podrían ir pensando en cambiar a un modelo más reciente.
En el área de la batería, una de las claves en cualquier smartphone, el iPhone X se queda corto. En su día, pese a ser de los que mejor se desempeñaba dentro del propio ecosistema de Apple, quedaba ya por debajo de la competencia. Hoy día, sumado al evidente deterioro con los años, ofrece una autonomía demasiado escasa. Ahora bien, un cambio de batería podría hacer que resurja de sus cenizas y vuelva a ser un teléfono de aprobado en este apartado.
También el hardware y más en concreto la ausencia de motor neuronal impide que sea capaz de ejecutar algunas acciones como las de Live Text, función introducida en iOS 15 y con la que poder detectar y trabajar con texto procedente de imágenes. Esta solo está en iPhone XS y posteriores, estando totalmente ausente en este iPhone X. No sabemos el futuro, pero es probable que con el tiempo vaya habiendo más funciones que no pueda soportar este.
Conclusión: sigue siendo un iPhone TOP
A modo de resumen, decirte que si eres portador de un iPhone X, puedes estar tranquilo. Cambiar a un modelo más reciente te dará siempre una mejor experiencia y notarás cambios más que evidentes, pero si no tienes intención de ello, te ahorrarás un buen dinero y seguirás teniendo un dispositivo plenamente funcional. Y, por suerte, seguirá siendo así unos años más.