Apple puede que sea con toda seguridad una de las compañías que más críticas recibe, independientemente de que lo haga bien o lo haga mal. No obstante, en los últimos años, cada vez son más las críticas abiertas por parte de sus usuarios por su falta de innovación, auge de precios y la racanería de sus productos. Hoy en este artículo, analizamos el lado oscuro de la manzana y que debe hacer para solventarlo.
Carencia de innovación
Los iPhone, como todo el resto de la industria de la telefonía, está viviendo un periodo de valle en cuanto a innovación. Cada año, los dispositivos reciben pequeñas actualizaciones de hardware y software que determinan que los usuarios no tengan necesidad de renovar el dispositivo en periodos tan cortos de tiempo. Si antes no hacía falta renovar el dispositivo cada año, ahora puedes esperar hasta tres generaciones para notar verdaderos cambios entre dispositivos.
En este sentido, creo que todos tenemos claro que Apple no va a ser la empresa que va a dar ese golpe sobre la mesa presentando una nueva tecnología que nos haga creer que Apple sigue siendo una empresa innovadora. Sé que es muy fácil decir que falta innovación, pero realmente es que hemos llegado a un punto en el que los teléfonos han alcanzado tal nivel de desarrollo que el verdadero cambio tendrá lugar con el lanzamiento de una nueva categoría de producto.
La racanería de Apple es cada vez más freciente
El iPhone 15 base o estándar tiene un precio que roza los 1.000 euros ( y la generación anterior los superaba), un precio que empieza a ser prohibitivo para la mayoría de las personas y más si somos conscientes de la situación económica e inflacionaria actual. La solución de Apple para mantener sus márgenes de beneficios es cuanto menos poco ética hacia sus usuarios, ya que está reduciendo prácticamente todo. Entre la generación 15 y la generación más profesional encontramos cada vez más diferencia que va a provocar que adquirir la generación de entrada no tenga sentido ninguno, porque básicamente vas a sentir que estás tirando el dinero y eso no le gusta a nadie.
Entre dichas generaciones, encontramos diferencias en el procesador, A16 frente A17 Pro, tasa de refresco de 60 Hz a 120 Hz, velocidades de transferencia USB-C, teléfono, materiales de construcción, es decir, titanio y aluminio y el nuevo botón de acción. No me vale que me digas que a ti no te hace falta un procesador más potente porque ya el que tienes es bueno, estás comprando un procesador de un año.
La excepción que todavía salva a Apple
Si algo tenemos claro es que la mayoría de los usuarios, independientemente de que seamos fan de la tecnología o no, somos capaces de reconocer un iPhone desde lejos y las personas que tienen un iPhone lo sabe. Pero no solo un iPhone, sino también un Watch o unos AirPods.
Los iPhone tiene un diseño muy personal tanto en parte posterior como anterior. Por un lado, la parte trasera de los iPhone presenta una disposición de los módulos de cámaras única en el mercado que hace que sean reconocibles a simple vista. Misma situación tenemos con la parte anterior, con un Notch y luego una isla dinámica que ha creado una tendencia en el mercado que antes no existía.
Apple ha sabido crear un diseño único y saber mantenerlo a lo largo de los años, aspectos que los fabricantes no hacen porque suelen cambiar de diseño en horquillas de tiempo mejoras. El diseño de los iPhone nos lleva acompañando prácticamente cinco generaciones y aunque muchos podemos pensar que es un diseño obsoleto, no es para nada así porque Apple sabe actualizarlo y darle un toque distintivo y especial aunque la base de este tenga cinco años.
Este diseño se presentó por primera vez con los iPhone 11 y se ha mantenido hasta la actualidad, aunque cada año tiene nuevos toques. En concreto, en esta generación hemos abandonado el aluminio y llega el titanio, un material que no se utilizaba anteriormente en la industria.