Paso del iPhone 15. Por menos de 90 euros he resucitado mi iPhone actual
Resaca post-keynote. Ya conocemos todo acerca de los iPhone 15, y ahora sí, ya de forma oficial. No obstante, a pesar de tener unos dispositivos muy buenos sobre la mesa (un año más), sinceramente paso de cambiarme este año de teléfono móvil. No está entre mis planes. ¿El motivo? iPhone XR recién reparado y puesto a punto. Una vez he podido volver a tener en mis manos, un iPhone de 5 años con la batería nueva y los problemas de sonido arreglados, y tras haber pagado un precio de 88 euros por todo, definitivamente no me compensa.
Llevé a reparar mi iPhone una semana antes de haber visto la presentación oficial de este mes de septiembre. Y sinceramente, en mi cabeza había rondado la idea de actualizar mi dispositivo. Pero he estado pensando en los argumentos en contra y en los argumentos a favor de hacerlo. Y ha ganado el «en contra». Así que a continuación te los voy a explicar.
Para qué uso mi iPhone XR
Mi filosofía al respecto de un iPhone es muy clara. Ya que pagas un precio elevado, exprimirlo lo máximo posible. Sacarle el mayor rendimiento posible. Más allá del hardware o las capacidades técnicas sobre el papel, lo importante es el uso que yo le voy a terminar dando. De nada me sirve tener una herramienta potente para decorar. Y en estos momentos de mi vida, sobre todo, de cara a mi trabajo, es el mejor complemento que puedo tener el Mac. Y con las funciones a nivel de software que tengo, no necesito nada más.
En mi trabajo
AirDrop es, sin lugar a dudas, lo que más uso. De forma constante estoy compartiendo archivos entre mi teléfono y el ordenador. Sobre todo, imágenes. En algunos casos, saco fotos de los productos o accesorios para los posts, y muchas veces la cámara que me ofrece la calidad y la inmediatez que necesito es el iPhone XR. Saco la foto, la edito, la comparto con mi Mac. Así de simple.
Una imagen vale más que mil palabras. Pero miles de palabras son las que acabo escribiendo en un día. Y si estoy con el iPhone, lo que suelo hacer en el terreno de lo escrito, es buscar informaciones y noticias. Si no tengo el ordenador a mano, me las guardo y cuando estoy cerca del Mac, simplemente copio el enlace en el iPhone y lo pego en el Mac. Y esto es instantáneo. Incluso, el trabajo en movilidad a veces me obliga a tener que utilizar el propio teléfono para redactar. Y nuevamente, cuando estoy cerca del Mac, copio el texto entero del mismo modo que lo hago con los enlaces.
Lo que más me gusta, a nivel personal
En un entorno más personal, el hecho de tener una cámara web externa que se conecta de forma inalámbrica (e instantánea) con mi Mac, y automáticamente ganar en calidad de imagen y de sonido no tiene precio. A pesar de ser un teléfono del 2018, en pleno 2023 sabe hacer más cosas que antes. Por lo que tener una cámara de alta resolución, sin tener que comprar una cámara, es toda una ventaja. Y más allá del propio hardware, es el software quién me lo permite hacer.
El software hace al iPhone ser un iPhone
Creo sinceramente que, por mucha «chicha» que un teléfono monte en su interior, si no hay un software acorde, va ser hardware desaprovechado. Insisto, el iPhone XR es un móvil del 2018. Pero voy a poder disfrutar, un año más (aunque seguramente sea el último) de actualizaciones. De iOS 12, habré pasado a iOS 17. Por lo que, si tengo que mirar el tema de las actualizaciones de software, una vez más Apple demuestra el compromiso con los teléfonos más «antiguos».
Menos de 90 euros, rendimiento de escándalo
A nivel de software tengo todo lo que necesito, a nivel de hardware tengo un teléfono potente y puesto a punto, y el conjunto del precio han sido 88 euros para un cambio de batería y una limpieza. Después de esta puesta a punto por el taller, mi teléfono rinde de forma espectacular. No parece que sea un dispositivo que ya tenga 5 años, y más si tenemos en cuenta que en el mundo de los smartphones, muchos dispositivos se quedan obsoletos y/o desfasados por completo en cuestión de dos (o tres) años, como mucho.
Además, como consumidor, tengo muy claro que si compro un teléfono de este calibre, no va a ser para cambiarlo al cabo de un año. Quiero aprovechar todo lo que me ofrece, durante el máximo de tiempo posible. Aquí quizás entra mi sesgo por ser seguidor y consumidor de la marca durante muchos años. Pero precisamente, porque quiero hacerle caso a Apple, no quiero cambiar mi iPhone.
Apple, te estoy haciendo caso
¿Por qué digo esto? Apple es la primera que tiene por bandera que sus dispositivos duran mucho más que los de su competencia. Que no se acuerdan de lo que es la obsolescencia programada, y que los iPhone nos acompañarán durante muchos años, ya que la tecnología que incorporan es lo suficientemente potente, para que pase mucho tiempo y siga rindiendo igual. Por lo tanto, quiero ser partícipe de ese porcentaje de usuarios que sólo se van a cambiar de iPhone cuando el teléfono «se caiga a cachos». Y también, a nivel profesional, quiero poder ser partícipe en primera persona, de lo que implica tener un teléfono de hace 5 años, poder seguir usándolo en mi día a día, de forma muy intensiva, y poder contarte la experiencia. Y de esta forma, poder ofrecer un punto de vista algo más único y diferente.
Si tengo una herramienta, que no sólo a nivel personal, pero a nivel profesional uso cada día, ¿Para qué necesito yo un iPhone 15? No en este momento. Pero nunca digas «de este agua no beberé». Aunque por ahora, estoy bien saciado.