La semana pasada se vivía el primer gran evento de Samsung del año en lo referente a su sección de telefonía. La marca surcoreana presentaba sus Galaxy S22 con interesantes novedades entre las que destacó su Samsung Exynos 2200, el chip principal que nutre de un gran rendimiento al dispositivo. A tenor de ello han llegado las primeras comparativas con el iPhone 13 y su chip A15 Bionic.
Y lo cierto de estas comparativas, hechas en base a benchmark, es que no hay una conclusión clara de cuál es mejor. Podemos encontrarnos tanto resultados en los que el iPhone 13 sale aupado como de todo lo contrario. Y no es que los especialistas encargados de hacerlo traten de manipular las pruebas para conseguir un resultado u otro, ya que realmente es una comparativa muy compleja de realizar.
Comparativas injustas para ambos
Sin entrar en demasiados datos técnicos y para que puedas entenderlo mejor: son dispositivos incomparables porque para que existiese una comparativa justa se debería tener mismo procesador y sistema operativo. ¿Por qué? Pues básicamente porque las particularidades que entraña cada uno de sus sistemas impone una serie de límites que, quizás con el otro procesador, no existirían.
Y es que ni siquiera poniéndole el mismo procesador podríamos compararlos. Los chips de Apple no están preparados para funcionar en un teléfono de Samsung, pero tampoco los chips que diseñan los coreanos están listos para un iPhone. Por tanto, esa hipotética posibilidad de comparar un iPhone y un Galaxy con el mismo chip se difumina por completo.
Una comparativa que depende de otros factores
Evidentemente la potencia de estos dispositivos es algo importante a tener en cuenta y más si se van a enfocar a un uso profesional en el que, especialmente las cámaras, sean protagonistas absolutas. Sin embargo, y a modo de respuesta clara y concisa, ambos dispositivos van más que sobrados en este terreno e independientemente de los números que arrojen no darán problemas de rendimiento.
El diseño es un factor no determinante, pero sí muy importante. Y aquí tampoco hay ganador por ser algo que depende en buena parte del gusto personal de cada uno. En lo referente a pantallas nos encontramos con que incluso las del iPhone son diseñadas por Samsung, existiendo además una calidad asombrosa en ambos casos y teniendo tecnologías compartidas como los 120 Hz de tasa de refresco (solo en los ‘Pro’ en el caso del iPhone). O la siempre interesante opción de manejar con un stylus el teléfono, opción que da Samsung en su versión ‘Ultra’ y Apple no.
En el terreno de las cámaras, aún a falta de hacer comparativas en profundidad, parece que Samsung toma la delantera y, objetivamente, sí parece este ser un punto determinante en el que podemos encontrar diferencias más que evidentes. Aunque al final siempre nos vamos a encontrar con pecularidades en el tratamiento computacional de los resultados.
El sistema operativo es otra diferencia considerable e incluso incomparable también. Son dos sistemas ya muy maduros que dependerán al final de la predilección del usuario. Y en referencia a los años que recibirán actualizaciones, la cosa empieza a estar empatada. Apple sigue tomando la delantera ofreciendo ya dispositivos con hasta 7 años de actualizaciones, pero Samsung ha apretado con estos S22 y garantiza ya 4 años de actualizaciones completas y 5 a nivel de seguridad.
Así pues, a modo de conclusión de este pequeño speech, solo queremos recalcar que existen muchos apartados en los que comparar de forma justa a estos dos teléfonos. Son grandes smartphone procedentes de dos de las principales marcas de telefonía, pero que al final acaban teniendo puntos incomparables como es el del rendimiento. Así que, la próxima vez que leas que uno u otro es mejor en este apartado, desconfía y déjate llevar por esos otros elementos.