El iPhone es uno de los productos por los que más se conoce a Apple en los últimos años y que les ha encumbrado a ser una reconocida marca en todo el mundo. Por ello, el simple hecho de plantear una hipotética desaparición del mismo suena absurda. Pero, ¿es realmente así? ¿Existe alguna tendencia que pueda dar indicios a qué ocurra? Lo analizamos.
Difícil a corto plazo por el contexto actual
Partimos de la base de que, independientemente de que supongan una mayor o menor innovación, los smartphone de Apple siguen copando los principales ranking de ventas en todo el mundo. Compitiendo incluso con marcas que ofrecen multitud de móviles a precios mucho más reducidos. Y cierto es que esta competencia se aleja mucho de aquel 2007 en el que el iPhone original rompió los moldes, pero a Apple le sigue funcionando.
Y esto no son opiniones, sino datos. Hace ya varios años que el iPhone se corona como el principal producto de Apple, siendo el que mayor porcentaje de ingresos genera. Y a tenor de los últimos resultados trimestrales, ni toda la suma del resto de ingresos se equiparan a las del iPhone.
Y cierto es que la apuesta de Apple por otras categorías como los servicios o su reciente innovación en los chips de Mac están haciendo que estas otras categorías crezcan. Sin embargo, el iPhone sigue siendo una apuesta segura y sin la cual Apple no habría logrado hitos como el de ser la primera empresa en alcanzar una valoración bursátil de un billón de dólares en 2018 y más recientemente un trillón.
Con esta perspectiva, hacer desaparecer al iPhone sería un suicidio para la compañía. Y es que este producto es además el eje de otros muchos, siendo imprescindible para el Apple Watch o para los AirPods. Por no hablar de todo lo que genera indirectamente con reparaciones o accesorios como las fundas oficiales.
El elemento que podría cambiarlo todo en 10 años
Una vez descartada una desaparición a corto plazo, no podemos descartar su desaparición a medio-largo plazo. Con lo que hemos comentado previamente suena contradictorio, pero no sería la primera vez que un producto estrella de la marca acaba condenado al ostracismo. Véase sino el iPod, dispositivo que en nuestros días ha perdido por completo el protagonismo pese a seguir comercializándose la versión ‘touch’, con cifras de venta ridículas.
Precisamente partiendo del ejemplo del iPod podemos prever el futuro del iPhone. Y es que este fue el que condenó al reproductor y de la misma forma podemos intuir que un dispositivo futuro acabe comiéndole el terreno. Sin ir más lejos, algunos analistas como Ming-Chi Kuo lo pronosticaron hace unos meses, afirmando que de aquí a 10 años será un producto desaparecido o, al menos, muy secundario como sucede ahora con el iPod.
Y no es que este tipo de analistas tengan fuentes que afirmen esto, que las tienen, sino que se trata de una predicción bastante lógica a tenor de lo que está por llegar. La apuesta por la realidad mixta (virtual y aumentada) podría ser el próximo gran boom de Apple, unido al metaverso que están ya explorando compañías como Facebook (AKA Meta).
Si todo marcha como se prevé, la compañía presentará un primer prototipo de casco de realidad mixta este año con previsión de que en 2023 se ponga a la venta. Sin embargo, sería una especie de testador de mercado, ya que el desarrollo de elementos más livianos como unas gafas siguen su curso, siendo claramente el dispositivo con el que Apple pretende volver a romper el mercado.
Eso sí, no será fácil la hazaña esta vez. Google ya vivió un estrepitoso fracaso con sus Glass, algo de lo que en Cupertino tomaron buena nota. Se sabe que Apple no solo quiere mejorar las Google Glass, sino cambiar por completo su concepto e introducir un accesorio que a la postre se convierta en imprescindible, haciendo sombra a cualquier tipo de smartphone.
Por tanto, y ya a modo de conclusión, quédate tranquilo si tienes un iPhone. No va a quedarse obsoleto todavía. De hecho, puede que te toque renovarlo unas cuantas veces antes de que ocurra. No obstante, con la continua evolución de la tecnología y un mundo de posibilidades inexploradas muy latente, imaginarnos en 2 décadas con un dispositivo así se antoja cuanto menos improbable.