La Unión Europea vuelve a apuntar hacia Apple, esta vez con una propuesta que podría cambiar por completo la forma en que usamos AirDrop y AirPlay. La Comisión Europea quiere obligar a la compañía de Cupertino a hacer estas tecnologías interoperables, permitiendo que dispositivos Android puedan acceder a ellas.
Sin embargo, Apple no está dispuesta a ceder sin pelear. Según la empresa, abrir estas funciones a terceros pondría en grave riesgo la privacidad de los usuarios.
Guerra entre Apple y la UE: interoperabilidad total
El objetivo principal del Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea es fomentar la competencia en el sector tecnológico, desafiando la posición dominante de los gigantes como Apple. Entre otras cosas, este marco legislativo ya ha permitido a los usuarios de iPhone descargar aplicaciones directamente y reemplazar las apps predeterminadas de iOS, pero ahora busca algo más ambicioso: que AirDrop y AirPlay estén disponibles también para otros fabricantes, incluidos aquellos que utilizan Android.
Para los menos familiarizados, AirDrop permite transferir archivos de forma rápida entre dispositivos Apple sin necesidad de internet, mientras que AirPlay facilita la transmisión de contenido multimedia a televisores y altavoces compatibles. Actualmente, ambas tecnologías son exclusivas del ecosistema de Apple, dejando fuera a millones de usuarios de Android.
El pasado jueves, la Comisión Europea propuso que Apple garantice la interoperabilidad de estas funciones, asegurando que puedan ser usadas por cualquier fabricante. Esto incluiría abrir el acceso a estas tecnologías a desarrolladores rivales, algo que podría alterar significativamente el contexto.
Apple no tardó en responder con un mensaje contundente: abrir AirDrop y AirPlay a terceros podría poner en riesgo la seguridad y privacidad de los usuarios. En un documento publicado el mismo día, la empresa citó a Meta, el gigante detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp, como un ejemplo de lo que podría salir mal.
Riesgos de la interoperabilidad
Según Apple, conceder el acceso solicitado por empresas como Meta podría darles la capacidad de espiar a los usuarios. La lista de posibles riesgos, según la compañía, es alarmante:
- Acceso a todos los mensajes y correos electrónicos.
- Registro de todas las llamadas realizadas o recibidas.
- Monitoreo de las apps utilizadas.
- Escaneo de todas las fotos y archivos almacenados.
- Acceso al calendario y eventos personales.
- Captura de todas las contraseñas.
Apple no escatimó en adjetivos para alertar sobre las posibles consecuencias. “El resultado final podría ser que empresas con un historial de violaciones de privacidad obtengan acceso ilimitado a los dispositivos de los usuarios y a sus datos más personales”, afirmó la compañía en su comunicado.
La postura de Apple tiene dos objetivos claros: por un lado, persuadir a los votantes europeos para que presionen a sus representantes en contra de las medidas del DMA, y por otro lado, disuadir a otros países, como Estados Unidos, de adoptar legislaciones similares.
Sin embargo, desde la UE han dejado claro que estas medidas aún no son definitivas. La Comisión señaló que las propuestas son preliminares y están sujetas a ajustes, dependiendo del feedback de Apple y de otros actores implicados.
Por ahora, el tiempo dirá si la UE logra imponer su visión, o si Apple consigue frenar lo que considera una amenaza para la seguridad de su ecosistema. Una cosa está clara: el enfrentamiento entre la innovación y la privacidad no hará más que intensificarse.