El diseño de los iPhone cambiará para siempre y Apple ya tiene la fórmula mágica
El diseño de los iPhone, aunque parezca lo contrario, ha cambiado mucho en los últimos años. Del botón Home, a los gestos y el Notch. De este Notch, a tener un tamaño más reducido. Y de ese tamaño reducido, a la Dynamic Island. El siguiente paso lógico sería la eliminación de esta muesca en la parte superior de la pantalla. Y ahora Apple se lo está tomando muy en serio.
Hace unas cuantas semanas os contábamos cómo Apple estaba planeando en eliminar por completo los obstáculos visuales de la pantalla, para tener una superficie de interacción completamente limpia. La colocación de las cámaras y sensores biométricos que alimentan Face ID son la clave.
Precisamente, en este terreno, Apple ha conseguido patentar un nuevo sistema mediante el cual vamos a tener una interfaz táctil limpia y sin obstáculos. Pero seguiremos teniendo cámara frontal y Face ID. Ha sido el medio de noticias especializado, Patently Apple, quién se ha hecho eco del documento registrado. Y a continuación te vamos a contar todos los detalles.
Jugar con las transparencias
Para tener una interfaz táctil sin ningún obstáculo a nivel visual, es imprescindible poder jugar con lo que emite la propia pantalla, para que el usuario final no note que debajo del panel no se esconde absolutamente nada.
“Apple explica que el dispositivo debe incorporar una región de no-píxeles que cubran los sensores ópticos”, explican desde Patently Apple. Dicho en otras palabras, debe de haber una superficie, que no sea de píxeles, que consiga cubrir la parte superior de la pantalla, justo donde están las cámaras y Face ID.
Así pues, tendríamos un espacio a modo de “ventana transparente”, según explican, en el cual el iPhone jugaría con la refracción de la luz. “Para mitigar los defectos de la refracción, un primer sensor debe detectar la luz a través de una región de píxeles invisibles, teniendo así ventanas transparentes que se coordinen con un primer patrón. Un segundo sensor debe detectar la luz a través de otra región de píxeles invisibles, teniendo así ventanas transparentes que se coordinen con un segundo patrón, que sea diferente del primero”.
Estas líneas son lo que Apple propone en el documento. Sin embargo, esto se traduce como el hecho de tener dos patrones de distribución de luz en la pantalla, que se detectan entre sí y se camuflan, para crear una falsa sensación de relleno, en una zona en la que no hay píxeles retroiluminados. Como si se tratara de una mezcla entre reflejos y mímica.
La clave está en lo que no se ve
Para que esto se pueda conseguir, es imprescindible que no haya una fuente de luz que transmita desde dentro hacia afuera, y que además, esta misma fuente de luz no esté tapando ni las cámaras frontales ni los sensores de Face ID. En el caso de que esto se produzca, entraríamos en un conflicto en el cual se producen interferencias. Y donde manda patrón, no manda marinero.
La construcción, a nivel material, de esta fórmula se basa en un sistema de capas que se conectan a un sistema de procesado y de sensores que detectan la luz que se emite, para crear una imagen fiel a lo que se puede apreciar en el resto del conjunto de la pantalla.