Hace unas horas, en la página web oficial de Apple para los Estados Unidos, se ha llevado a cabo un movimiento histórico: los Apple Watch ya no se pueden comprar. Esto se ha dado por una decisión judicial, en la que se ha fallado a favor de Masimo, los inventores del sensor de oxígeno en sangre. Aunque esto ha trastocado todo el panorama, quizás sea el punto de partida, ya que se está empezando a advertir de que esta prohibición puede que no vaya a ser la última.
Ha sido el medio de noticias de habla inglesa 9to5Mac quién se ha hecho eco de las declaraciones de Mark Lemley, profesor de derecho de la universidad de Standford, quién afirma que «estas batallas tienen el potencial para decisiones similares en el futuro».
Apple y Masimo se han visto envueltos en una polémica en la que los de Cupertino decidieron seguir tirando adelante presentando modelos de Apple Watch con un sensor de oxígeno en sangre que no era suyo. En todo momento, Apple actuó deliberadamente sabiendo que estaban infringiendo las patentes de Masino al respecto de esta tecnología.
El tiempo ha ido pasando, y el casó llegó a los tribunales, hasta que el día 21 de diciembre, los Apple Watch con medidor de oxígeno en sangre ya no se pueden vender, ni tampoco reparar fuera de garantía, en todo el territorio de los Estados Unidos.
«Un caso dramático»
El profesor de Standford ha declarado lo siguiente:
«El caso es una demostración dramática de la colisión entre diferentes regímenes de propiedad intelectual, cuando la tecnología se mueve a nuevos mercados. En los primeros días de los teléfonos inteligentes, la convergencia entre comunicaciones móviles y computación desencadenaron en denuncias entre compañías como Apple y Google por un lado, y compañías de tecnología móvil como Nokia o Motorola, por otro. Está pasando más de lo mismo en un frente en el cual las compañías móviles están invadiendo mercados, incluyendo el de la salud, donde las compañías de dispositivos médicos tienen sus propiedades intelectuales«.
A todo esto, desde 9to5Mac también añaden que el mismo experto ha admitido que «es muy complicado predecir, y puede salir un resultado dramático». Estamos en un escenario en el cual Apple ha tenido que paralizar de golpe, y en seco, todas las ventas de los modelos más recientes de su página web y tiendas oficiales.
No sólo eso, sino que de cara a los clientes que necesiten reparar sus dispositivos fuera de garantía en taller oficial, ya tampoco lo van a poder hacer. Para más inri, los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2, prohibidos en EEUU, llevaban a penas tres meses en el mercado, y las únicas explicaciones que se dan a través de la web oficial es que los modelos no están disponibles temporalmente.
Además, también se da a conocer otro caso en el que casi ocurre lo mismo, pero con el Apple Watch Series 8 y otra empresa llamada AliveCor. En este caso, el sensor era el de ECG (electrocardiogramas), sin embargo la situación no se llegó a materializar como sí ha sucedido en este caso.