Después de quemar 2.8 billones de dólares, CarPlay es la última esperanza de Apple para integrarse en mundo de la automoción
La empresa con mayor capital bursátil del mundo ha dado un nuevo ejemplo: por más dinero que tenga una compañía, no puede estar “quemando” dinero constantemente. El proyecto Titán fue un fracaso, pero parece que la compañía no se resiste a dejar completamente el sector de la automoción. ¿Cómo Apple piensa introducirse en este mundo? Vamos a verlo a continuación.
Project IronHeart, el nuevo proyecto de Apple para automóviles
Después del fracaso estrepitoso de Titan, Apple se ha puesto manos a la obra con el desarrollo de otro proyecto para el mismo sector, pero con una finalidad completamente diferente. En este sentido, el objetivo que tiene en mente Tim Cook es llevar los asistentes de automoción a otro nivel, integrándose completamente en los vehículos. Según reportes norteamericanos, la idea es que los vehículos cada vez tengan más pantallas y, por tanto, que se pueda controlar el coche a través del SO que aparece en dichas pantallas.
Como es común en la etapa Cook al frente de la compañía, Apple se está acostumbrando a llegar a los sitios tarde y, una vez que haya un mercado consolidado o en claro crecimiento, introducirse en él. Es cierto que es una forma de fracasar con el lanzamiento de nuevos productos, pero también corre el riesgo de que el trozo del pastel sea muy pequeño, y eso es lo que le está pasando a Cupertino. Google ha lanzado Android Automotive, un sistema integrado para controlarse desde la pantalla y los vehículos sin necesidad de conectar un teléfono.
El software de Google ha seducido a muchos fabricantes, llegando a acuerdos con grandes marcas como Porsche, BMW, Volkswagen, Ford, Lucid, Stellantis y General Motors. ¿Qué supone esto? Que el 35% del mercado de sistemas operativos para ́ móviles esté comandado por Google, siendo el líder indiscutible de este mercado.
¿Cuál es el problema al que se está enfrentando Apple?
Apple confía plenamente en que su mejor diseño y personalización puedan ser una baza para poder competir contra Google. Sin embargo, el problema es que este se trata de un sistema cautivo y monopolista, que solo se puede usar con un iPhone, y en muchas familias no todos los miembros tienen un iPhone.
La solución de la empresa más valiosa del mundo podría ser la opción de integrarlo en un nuevo sistema operativo completo que se adapte perfectamente a las necesidades de los coches, diseñando incluso chips específicos para ello. ¿Problema? Aún no tiene nada y, si no tienes nada que presentar y demostrar, no tienes clientes.
Otro de los problemas que se está presentando a la empresa es su deseo de diseñar una interfaz específica para cada vehículo y marca, lo que supone un retraso en el desarrollo. Es cierto que, si buscas una mayor integración entre el software y el hardware, puedes optimizar la experiencia. El problema es que muchos usuarios lo quieren “ya”, y la inmediatez no es algo que caracterice a Apple desde 2011 hasta la actualidad.
De momento, solo Porsche y Aston Martin han anunciado su compatibilidad, por lo que Apple se ha quedado rezagado en un mercado muy premium, de vehículos caros y que no tienen un gran porcentaje en el cómputo global de coches vendidos.
El tiempo dirá si Apple cambia la estrategia y desarrolla más rápidamente su sistema. Lo que sí está claro es que el mayor quebradero de cabeza de la compañía es CarPlay, el talón de Aquiles de Tim Cook.