La nueva generación de los iPhone 15 Pro destaca por su módulo de cámaras y por la capacidad que tiene el chip Apple A17 Pro la hora de procesar las fotos y los vídeos. Además de las mejoras en el hardware y de las posibilidades que tenemos a nivel de software, para exprimir al máximo las capacidades de estos teléfonos hará falta algo más que el propio dispositivo. Dos ejecutivos de Apple lo explican, y en el medio de habla inglesa Appleinsider se hacen eco de sus declaraciones.
Las aplicaciones son una parte imprescindible del iPhone y de todo el ecosistema de Apple en general. No se trata de un complemento más, sino que, en muchas ocasiones, son las puerta de entrada para mejorar característica que la propia Apple ofrece de base. ¿Y cómo se relaciona esto con las cámaras de los nuevos iPhone? Dos ejecutivos de la compañía, especializados en dos áreas clave al respecto de las cámaras cuentan la filosofía de la compañía y el enfoque que tienen de cara a la interfaz de la aplicación nativa de Cámara. Pero también dan a conocer qué se necesita si se quieren exprimir las cámaras lo máximo posible.
Lo básico en la app nativa
«La compañía ha diseñado las funcionalidades de la aplicación de Cámara para que aporten el suficiente control para los entusiastas», explican desde Appleinsider. El enfoque que tiene Apple de cara a la usabilidad de la cámara, es ofrecer un potencial enorme. Un potencial que saca su mejor versión con aplicaciones de terceros que permitan exprimir dichas capacidades.
Jon McCormack y Maxime Veron son los dos protagonistas de estas declaraciones. Respectivamente, ocupan los puestos de vicepresidente de ingeniería de software de cámara y de director sénior de marketing de producto del iPhone. Y son estas dos mismas personas las que han dado a conocer la filosofía, al detalle, de por qué para exprimir al máximo las cámaras de nueva generación, vamos a tener que recurrir a aplicaciones de terceros.
La libertad de creación y las interfaces moldeables
McCormack explica que «todo pasa por permitir a la gente a que persiga su visión«. La libertad creativa va de los momentos en los que tenemos un iPhone en la mano y decidimos tomar una foto o sacar un vídeo. «Desde el padre que quiere grabar los primeros pasos de su hijo, hasta un profesional o un creativo que tiene una visión artística muy específica en mente y quiere llegar ahí lo más rápido posible».
Precisamente, para acortar este camino, es preciso utilizar interfaces que vayan acorde, y en función de las necesidades de cada persona. «La mayoría de usuarios sólo quieren buenas fotografías y vídeos con sólo pulsar un botón, sin gran cantidad de ajustes individuales por en medio«, explican.
Cada aplicación que responda a las diferentes necesidades
Siguiendo ese mismo discurso de la libertad de creación, los directivos explican que las aplicaciones de terceros forman parte de esa idea, de ofrecer una experiencias personalizada en función de lo que se quiere hacer con las cámaras.»Cualquier persona que quiera más control, como el control deslizante de enfoque o el espectro de onda de vídeo puede ir a por aplicaciones de terceros», comentan. De este modo, cada aplicación de cámara va a responder a necesidades diferentes, para no tener todos los ajustes en una misma aplicación.
Del mismo modo que tienen en cuenta a los sectores más profesionales, también son conscientes de lo que el gran público quiere, cuando utilizan la cámara del iPhone. La simplicidad y la sencillez de la interfaz se combinan junto con el procesado de imágenes que se lleva a cabo en el procesador Neural Engine, de forma silenciosa. «Para la gran mayoría de consumidores, nuestro ímpetu es procesarlo todo en segundo plano, de tal manera que el procesado sea invisible y que no moleste, para que la gente pueda tomar buenas fotografías y vídeos, y pueda capturar momentos bonitos y lo más fieles a la realidad posibles, en tan sólo un click».