Hace varias semanas se desató mucho revuelo al confirmarse que el Face ID de los iPhone 13 dejaba de funcionar al repararse por un tercero. Evidentemente no estaba siendo un problema real todavía, dado lo recientes que son estos dispositivos y por ende los escasos problemas de pantalla que ha habido como para que haya muchas reparaciones. En cualquier caso, el asunto era cuanto menos espinoso, pero hace unos días que se supo que Apple finiquitó por completo este asunto.
¿Cuál es el origen exacto de la polémica?
Fue la conocida compañía de reparaciones iFixit quienes primero alertaron del asunto y es que pudieron observar que al cambiar la pantalla de uno de los nuevos iPhone 13, el Face ID dejaba de funcionar de forma inesperada. Incluso revisando bien al detalle los sensores de este sistema. ¿La causa? Un bloqueo llevado a cabo por Apple con el fin de evitar que se lleven a cabo reparaciones en tiendas no autorizadas, dado que en caso de que sean ellos o un SAT quienes lo hagan, no aparece dicho problema.
Al parecer, estos dispositivos venían programados para hacer dejar de funcionar el reconocimiento facial en esas circunstancias, teniendo solo Apple y los establecimientos autorizados el código o herramientas necesarias para volverlo a activar. Lógicamente esto enfadó a muchos usuarios que, ya sea por cuestiones económicas u otros motivos, prefiere acudir a otro tipo de establecimientos sin sentirse obligados a acudir a servicios oficiales para que el iPhone les funcione bien al cien por cien.
Razones por las que Apple habría rectificado
Tanto medios de comunicación especializados, como foros y redes sociales ardieron con este hecho que, aunque no se recuerde, tiene similares precedentes en versiones anteriores. Desde The Verge confirmaron esta semana que, en base a consultas a la compañía californiana, estos habían decidido dar marcha atrás a este bloqueo del Face ID, permitiendo que cualquiera pueda reparar la pantalla de estos equipos sin que deje de ser funcional.
Hay dos posibles razones por las que se ha producido este cambio de opinión en Apple y ambas podrían ir de la mano. Por un lado y la más evidente, Apple finiquita una de las mayores polémicas del iPhone y contentar así a ese sector del público que prefiere acudir a otros centros de reparación. Y por otro lado evitar posibles demandas y más en un momento en el que la compañía se ve afectada por numerosas investigaciones acerca de sus presuntas prácticas monopolísticas.
Lógicamente una acción como esta da pie a nuevas investigaciones, dado que la compañía estaba impidiendo la libre competencia en el sector de las reparaciones haciendo que sus dispositivos pierdan una función esencial única y exclusivamente por no haber acudido a su servicio oficial. Por tanto, aunque la compañía tenga otros frentes abiertos, a buen seguro que su CEO Tim Cook y compañía pueden dormir ahora más tranquilos al saber que esto no les generará ningún tipo de conflicto legal.