Conocemos ya hasta tres procesadores de Apple para Mac: M1, M1 Pro y M1 Max. Ofrecen todos ellos impresionante rendimiento en los equipos, habiendo cambiado por completo el paradigma de los mismos y haciendo temblar a más de un competidor. Tienen también muchas ventajas a nivel de autonomía, gestión de la temperatura e incluso permitir que los equipos sean más baratos. Pero, ¿es bueno todo lo que ofrecen?
Pues, como todo en la vida, no. Los Mac con estos chips cuentan también con algunas limitaciones con respecto a sus antecesores con procesadores de Intel. No es que sean aspectos muy determinantes o al menos no para todos los públicos, pero sí que son lo suficientemente relevantes como para contarlos. Es el caso de la memoria RAM, la cual no se puede cambiar en estos equipos.
¿Por qué no permiten cambiar la RAM?
A la hora de comprar un Mac M1, M1 Pro o M1 Max verás diferentes opciones que puedes configurar. Entre ellas, como es esperable, se encuentra la posibilidad de elegir el almacenamiento interno (ROM) y la memoria RAM. Esto ocurría también en los Intel, pero la diferencia es que en estos se podía cambiar la RAM con más o menos facilidad.
Si bien es cierto que en los portátiles no era tarea sencilla, pese a poderse, los pasos para cambiar la RAM en un iMac resultan tremendamente sencillos y especialmente en el modelo de 27 pulgadas que, por cierto, sigue a la venta todavía. Sin embargo, en los nuevos Mac es una tarea imposible a día de hoy, ya sea en servicios técnicos oficiales o de terceros.
La razón fundamental es que son memorias integradas en el chip. Es decir, que en la placa no hay un chip M1 y aparte están los módulos de memoria RAM, sino que hay un único chip que aglutina todo. Por tanto, Apple fabrica tantos chips como posibilidades de memoria RAM ofrezcan (actualmente los M1 admiten 8 y 16 GB, mientras que con el M1 Max alcanzan los 64 GB).
¿Hay ventajas en la memoria integrada?
Está claro que tomar una mala decisión en la elección de memoria RAM se paga caro con estos Mac, ya que la única opción de mejorar tu hardware será adquirir otro equipo al completo. Sin embargo, debes saber que de serie son varias las ventajas que ofrece tener la RAM integrada, al menos en el caso de los Mac y a diferencia de lo visto en esos mismos equipos con memorias en la placa con chips Intel.
Habrás observado que de serie ofrecen menores capacidades que anteriormente y se debe precisamente a que con una menor cantidad se obtiene un mayor rendimiento o al menos es equivalente a capacidades mayores. No es lo más preciso decir que 8 GB de RAM en un M1 sean iguales o mejores que 16 GB con un chip Intel, pero en cierto modo no iría muy desencaminada la cosa.
En la gestión de temperatura también es notable y es que la RAM integrada está demostrando ser más eficaz en este aspecto y necesitar poco el uso de disipadores y ventiladores (de hecho en el MacBook Air solo hay un disipador). Esto al final favorece a que el dispositivo no tenga que bajar la velocidad de reloj y acabe siendo por tanto más potente.