Desde que empecé a utilizar el MacBook Pro M3 para trabajar hace un mes, puedo afirmar que me he vuelto a enamorar del Mac en todos los sentidos. Velocidad, batería, calidad de pantalla, diseño… el MacBook Pro con el chip M3 tiene todo lo que una personas que utiliza su portátil como herramienta principal de trabajo puede desear.
A continuación te quiero explicar cuáles son las cosas que más me han gustado del dispositivo, qué configuración decidí adquirir y por qué.
Con el MacBook Pro M3 al fin del mundo
Una de las primeras cosas que me sorprendió del MacBook Pro M3 fue su increíble portabilidad. He hablado, en ocasiones anteriores, de la importancias que tienen para mi elegir el tamaño adecuado de ordenador portátil según tus necesidades. El MacBook Pro M3 de 14 pulgadas tiene un diseño delgado y un peso de 1,6kg. Este portátil es el compañero ideal para llevar en la mochila cuando voy de un lado a otro en la ciudad y me paro a trabajar en una cafetería o en la biblioteca. Es una excelente opción para aquellos que están constantemente en movimiento.
Después de utilizar un MacBook Pro de 16 pulgadas durante cuatro años, me dí cuenta que se trata de un tamaño de pantalla excesivo en mi caso. Las 14 pulgadas de mi MacBook Pro M3 actual facilitan su uso en espacios reducidos como cafeterías, aviones o trenes.
La calidad de la pantalla es un factor muy importante cuando se trata de trabajar en un portátil, sobre todo cuando la mayor parte de tu trabajo se basa en estar sentado frente a ella. El MacBook Pro M3 de 14 pulgadas no defrauda en este aspecto. Equipado con una pantalla Retina de alta resolución, este dispositivo es una delicia a nivel visual.
La pantalla Retina del MacBook Pro M3 es especialmente útil para quienes trabajan con diseño gráfico, edición de video o cualquier tarea que requiera precisión visual. Los detalles son impresionantes, lo que facilita la edición de fotos o la creación de contenido. Si a esto le sumas funciones como Night Shift o el ajuste de brillo automático, entonces no se puede pedir nada más.
La mejor combinación entre el chip M3 y la cantidad adecuada de RAM
Todavía me quedan dos cosas más de las que hablar. Dos factores que me han vuelto a enamorar del Mac y de trabajar con él. La primera de ellas es la velocidad. Un aspecto esencial para la productividad en el teletrabajo. Aquí debería matizar, explicando que el MacBook Pro M3 que utilizo tiene 16GB de RAM y esto se nota y mucho. Por supuesto, está equipado con un potente procesador M3 diseñado específicamente para ofrecer un rendimiento increíble, este portátil es capaz de manejar múltiples tareas con facilidad, renderizar en Final Cut o compilar código en Xcode a una buena velocidad.
La combinación del procesador M3 con una cantidad adecuada de RAM asegura que el rendimiento sea consistente incluso cuando se trabaja en proyectos o con aplicaciones exigentes.
Una batería para todo el día
Otro aspecto muy importante para mi, es la batería. Como comentaba antes, me gusta teletrabajar con mi MacBook Pro M3 desde cafeterías o desde la biblioteca. Una de las características más impresionantes del MacBook Pro M3 es su capacidad de batería. Aunque sigo llevando el cargador siempre conmigo por costumbre, no es necesario para una jornada laboral. Así que esto me deja más tranquila sabiendo que esté donde esté no tengo que estar constantemente pendiente de buscar enchufes o preocuparme si me he dejado el cargador en casa.
En resumen, mi experiencia personal con el MacBook Pro M3 ha sido muy positiva. Su portabilidad, calidad de pantalla, velocidad y capacidad de la batería lo convierten en una máquina de trabajo excelente por el momento.