Algunas estrategias usadas por Steve Jobs para conseguir sus objetivos

Algunas estrategias usadas por Steve Jobs para conseguir sus objetivos

Ricky Fernández

Steve Jobs fue una persona visionaria, conseguía todo lo que se proponía y era capaz de levantarse una y otra vez ante las adversidades.

Para conseguir todos sus objetivos tenía que hacer creer a sus subordinados que era completamente factible realizar una de sus propuestas, incluso cuando los ingenieros afirmaban que no era posible.

Una de las curiosidades más llamativas la podemos encontrar con el prototipo del iPod. Steve quería un dispositivo lo más pequeño posible, rechazaba todas las propuestas que recibía. Una de las ocasiones, los ingenieros ya tenían preparadas todas las respuestas posibles para convencer a Jobs de que materialmente era imposible.

Steve cogió el iPod, dio la orden de hacerlo más pequeño y antes de que los asistentes rebatieran su postura, este lanzó el iPod a una pecera añadiendo: “¿Pueden ver las burbujas? Eso es porque contiene aire y el aire es porque hay espacio sobrante, así que háganlo más pequeño”. Razón no le faltaba y finalmente el iPod obtuvo un diseño que cabía perfectamente en el bolsillo de un pantalón vaquero.

Algunos métodos de persuasión de Steve Jobs

Steve Jobs y el iPod

Tal y como recuerdan en MarketingDirecto, Steve era una persona muy persuasiva para conseguir sus objetivos. Una persona en esa posición rara vez puede ceder para dejarse llevar por las opiniones de su circulo de trabajo más cercano. Posiblemente conoceréis el famoso “campo de la distorsión de la realidad” que Steve empleaba para convencer a todo el personal de sus ideas.

Además de ello, Jobs tenía otras armas para combatir sus ideas, desde ser demasiado honesto, cambiar de opinión sin que se aprecie o utilizar halagos para conseguir el propósito deseado. Cada uno de ellos requiere de una fuerza de voluntad tremenda.

La honestidad es otro punto que reforzaba constantemente, si algo no le gustaba, no se andaba por las ramas, lo decía sin importar las consecuencias ni el “que dirán”. Este punto es interesante porque interponía el buen rumbo de la empresa y de los productos que ofrecía a los clientes frente a lo que pudieran pensar de él.

Cambiar de opinión o rectificar es de sabios, así lo dice el refrán, pero al igual que todo lo que sacaba a la luz la empresa californiana, Steve hacía lo mismo con sus opiniones. Sus opiniones podían variar aceptando las propuestas de su equipo de trabajo, pero dando un giro que hacía creer que esa idea era realmente suya. Finalmente convencía (o el creía que convencía) al resto de miembros del equipo.

Hay un dicho bastante bueno que dice: “Se corrige en privado y se felicita en público”. Steve no lo veía así, al menos no lo mostraba con ese ímpetu, hacía justo lo contrario con las personas que admiraba y con las que despreciaba. Básicamente solía utilizar halagos cuando le convenía (a él o para beneficio de la empresa), aunque esa persona fuese despreciable para él y mostraba su lado menos amable con las que realmente le importaba.

Estas son sólo algunas de las curiosidades de Steve Jobs, una persona que cambió el mundo gracias a su visión y a su persuasión para conseguir sus objetivos, pasase lo que pasase. Un logro que muchos no están dispuestos a pasar por diferentes motivos (y del cual es comprensible). Pero Steve Jobs estaba hecho de otra pasta.

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