En muchas ocasiones no nos percatamos de las características técnicas que tiene el iPhone. Para muchas personas será algo completamente desconocido que cuente con un sensor de luminosidad en la parte frontal. Este es responsable de realizar numerosas funciones de la que no te darás cuenta. Se destaca la regulación del brillo de la pantalla de manera automática con la luz ambiental, o el apagado dela pantalla cuando vas a responder una llamada. Y al igual que otras partes del hardware, puede presentar fallos en su funcionamiento. Te contamos las posibles causas y situaciones que se pueden dar.
Signos de que el sensor está fallando
Por desgracia, visualmente el fallo del sensor de luz no se puede detectar. En este caso únicamente se va a poder detectar únicamente si la pantalla se ha agrietado tras una caída contra el suelo o contra otra superficie. En este caso se va a poder detectar fácilmente que ha ocurrido y exactamente por qué está fallando. Igualmente, hay que destacar que también existen otros fallos que ofrecen diferentes «pistas». Hay que saber interpretarlas correctamente para saber que finalmente está ocurriendo algo relacionado con el sensor de luz.
Como hemos comentado previamente, una de las funciones que tiene el sensor es controlar la iluminación de la pantalla. Es por ello que uno de los signos más claros que verás es que no se regula bien esta luz. Cunadas sales a la calle se va a quedar casi siempre oscura, y cuando es de noche vas a ver que no se rebaja la luminosidad. Esto a la larga es un grave problema a tener en cuenta, ya que influirá también en el consumo de la batería.
Otra de las funciones, es precisamente el evitar que exista falsos toques en la pantalla cuando se tiene una llamada telefónica. De este modo, si cuando estás hablando con alguien, de repente cuelgas con la mejilla o empiezas a pulsar botones sin sentido, es que el sensor está precisamente fallando y se deberá valorar su reparación.
Soluciones comunes al fallo de sensor
Antes de llevar a reparar el iPhone, puedes intentar repararlo tú mismo en el caso de que se presente algún tipo de error de los que hemos comentado previamente. Hay algunas soluciones que, aunque a priori puedan parecer realmente simples, son muy efectivas en la gran mayoría de las ocasiones.
Reiniciar el iPhone
Esta es una de las soluciones más sencillas o más tonta, pero al final es la que mejor resultado va a terminar dando. En el caso de que el problema en el sensor sea a consecuencia de un fallo en el sistema operativo, será a consecuencia de un bug que llega a ser común. Esto se debe a que iOS no es perfecto y los bugs afectan a la larga a cualquier parte del hardware que se va controlando.
El reinicio del iPhone va a permitir siempre que todos los procesos se van a apagar y encender nuevamente. Normalmente, el bug está ligado a un proceso realmente concreto, y la mejor solución que existe es reiniciarlo. Al volver a ejecutar el proceso, los bugs se terminan solucionando completamente. En la mayoría de las ocasiones, finalmente el sensor funcionará con total naturalidad.
Limpiar la pantalla del iPhone
Como hemos comentado anteriormente, el sensor se ubica en la parte superior de la pantalla. Hay que destacar que tiene un cristal justo por encima y tiene la función de captar todos los rayos de luz que hay en el ambiente propiamente dicho. Lo que se debe tener en cuenta siempre es que en la pantalla hay una gran cantidad de suciedad y también grasa. Al final esto puede terminar provocando un efecto película que hace que la luz no pueda llegar al sensor de manera correcta.
Ante este caso lo que vas a tener que hacer simplemente es mantener la pantalla del iPhone lo más limpio posible. Sobre todo hay que hacer hincapié en la parte superior de la pantalla, donde está la zona de las cámaras y los sensores. La única solución que existe en este caso es tener una limpieza adecuada para eliminar la capa oleica que pudiera existir y que interfiera en toda la luminosidad.
¿Está correctamente actualizado?
Son muchos los adjetivos que se pueden encontrar en las redes sobres las actualizaciones del sistema operativo. Pero de manera general tienen como misión resolver todos los bugs que se hayan reportado por parte de los usuarios y también los ingenieros de Apple. Es por ello que siempre hay que comprobar en los ajustes del iPhone cuál es la versión que tiene instalada, y siempre realizar las actualizaciones de las versiones que haya disponibles.
Entre las notas de las actualizaciones se van a encontrar numerosos tips. En este caso siempre se debe priorizar el hecho de que se resuelven problemas de rendimiento y también de seguridad. En este caso os interesa siempre el hecho de tener las soluciones oportunas a todo lo que ocurre en las entrañas del iPhone. De esta manera, siempre que veas una actualización nueva en tu dispositivo, vas a tener que hacer la instalación.
Realiza una restauración de iOS
En los casos más extremos es posible que debas hacer una reinstalación completa del sistema operativo en el iPhone. Esto hace que si el problema está en el software se elimina por completo. Ante estos casos lo que vas a tener que hacer siempre es conectar el iPhone al Mac o al PC. Esta es la forma más inteligente de realizar la restauración, ya que de este modo se conseguirá descargar de los servidores de Apple la versión más reciente de iOS. A partir de ese momento, el iPhone sufrirá varios reinicios, borrando de este modo el contenido del dispositivo por completo, e instalando nuevamente iOS.
El bug va a terminar desapareciendo por completo en el caso de que se presente en el software. Pero es importante que en la configuración inicial del dispositivo, cuando instalas nuevamente iOS, hagas la configuración como si se tratara de un dispositivo completamente nuevo. Esto hace que no tengas que restaurar una copia de seguridad, ya que puedes terminar arrastrando el error que esté en esta copia.
Realizar una reparación en Apple
Si nada de esto ha terminado funcionando, es hora de pensar que hago está pasando en el hardware. Hay que tener en cuenta que uno de los errores más típicos relacionados con el fallo del sensor de iluminación ambiental es que no se haya realizado correctamente una reparación de pantalla. Pero no es lo único que puede ocurrir. También se puede provocar por un error en el sensor que venga de la propia fábrica, o también por un fuerte golpe que se haya dado la pantalla.
Ante esta situación, lo que vas a tener que hacer es acudir a una tienda Apple para poder hacer la reparación. En el caso de que esté cubierto por la garantía, debes saber que la reparación es completamente gratuita. Lo único que se debe destacar en este caso es que el fallo no se debe ser a consecuencia de un accidente como por ejemplo una caída. Únicamente se va a cubrir si el error deriva de un error por parte de Apple en un reemplazo de pantalla, o si, por el contrario, viene así de la propia fábrica.
El problema llega cuando no tiene ningún tipo de garantía. En esta situación vas a tener que correr con los gastos de la reparación de manera íntegra y no es algo realmente barato. Pero igualmente siempre te recomendamos a un SAT y no a cualquier tienda que no esté autorizada. De esta manera garantizarás que recibes piezas que son originales y también la reparación se realizará por parte de personal cualificado.
¿Cuánto cuesta cambiarlo nosotros mismos?
Si el iPhone es antiguo y no nos compensa llevarlo al soporte, o directamente creemos ser lo suficientemente hábiles como para hacerlo por nuestra cuenta, podremos adquirir el sensor y realizarlo nosotros mismos.
La verdad es que el precio de este componente es muy bajo, entre 10 y 20 euros como mucho, por lo que no tendríamos que desembolsar más, y si queremos arreglarlo, es una opción, sobre todo si pensamos en cambiar de teléfono antes que pagar 100 euros porque no los arregle otra persona. Por probar no perdemos gran cosa, y no es tan difícil como parece.
Es cierto que esto no es una opción recomendable para ningún iPhone con garantía o al cual pienses sacarle todavía unos años de vida, ya que podríamos tocar algo que no corresponde, sin querer, y hacer que el problema sea aún mayor.
Además, hay que tener en cuenta que el proceso requiere herramientas específicas, y sin ellas podríamos dañar otros componentes internos, como la pantalla o los conectores. También es importante ser muy cuidadosos con la manipulación de las piezas, ya que un pequeño error puede hacer que el teléfono quede inutilizable. En muchos casos, lo barato puede salir caro, por lo que es esencial evaluar si realmente merece la pena arriesgarse o si es mejor invertir en una reparación profesional, especialmente para modelos más recientes o si planeas seguir usándolo a largo plazo, como comentábamos, pese a que yo he cambiado muchas piezas y nunca me ha pasado nada.